Uruguay ||| Polémicas detenciones de inteligencia
por Blog El Muerto en Kaosenlared
http://archives.uruguay.usembassy.gov/usaweb/2007/07-306ES.shtml.
-Ayer (juev 29) detuvieron a compañera que frecuenta La Solidaria. Incomunicada, estuvo desparecida más de 8 horas hasta que se la ubicó retenida en Jefatura. Sigue detenida (argumentan un tema de irregularidad en documentación ya que es de origen chileno).
-Ayer (juev 29) 2 detenidos que se dirigían a movilización. “Detención preventiva”, fueron soltados.
-Hoy (vie 30) otra compañera militante detenida cuando salía de su casa para el trabajo (se desconoce aún motivación).
*en Tacuarembó incautan equipos de Radio La Kandela
*siguen procesados sin prisión 2 compañeros desde la marcha del 14 agosto
*Ministerio sigue sin explicar la violencia policial contra los 12 detenidos el 24 de agosto
PASAR AVISO!. DENUNCIAR LO QUE ESTÁ PASANDO! ¿DONDE ESTÁN LOS ORGANISMOS DE DDHH?. HAY QUE FRENAR ESTO YA!
Escrito por: Eliana Gilet
Es política
Polémicas detenciones de inteligencia previas a la Marcha del Filtro
Terrible sol había habido todo el día. La marcha estaba convocada a las cinco de la tarde, del Obelisco al Filtro. Esa que recuerda un abuso policial bestial sobre la población movilizada iba a tener su propia muestra 19 años después. A no ser que la gravedad de la situación sólo se entienda cuando rompe los ojos, cuando cierto sadismo no declarado necesite de un muerto para reconocerla. El testimonio de los detenidos articula el relato. Quienes podrían contestarlo prefirieron callar.
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Llegando a la esquina de Monte Caseros la marcha se detiene. En la placita minúscula hay un monolito que recuerda al comisario Luis Pardeiro, quien en la década del 30 estuvo al frente de la persecución a los anarquistas expropiadores, el mismo al que Miguel Arcángel Rosigna había denunciado por usar con él los “procedimientos más brutales e indignos”. Con movimientos rápidos, un grupito tapa la placa con otra que dice: “Plaza Faccia Bruta. Solidaridad con los pueblos en lucha”. Pero hay una pesadez extraña en el ambiente que se materializa en las palabras pronunciadas ante el micrófono: “Faltan algunos compañeros, traían una pancarta e iban a decir unas palabras en esta plaza. No sabemos qué pasa. Ninguno contesta el celular”. Ya son más de las siete de la tarde. El murmullo se apropia de la concurrencia, que tarda en volver a marchar. Son cinco, son diez, no se sabe cuántos son.
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Mientras tanto los pibes son conducidos de a dos al interrogatorio. Sentados cada uno frente a un agente, siempre de particular, las primeras preguntas develan el motivo de la detención, que hasta entonces no había sido explicitado a ninguno de los detenidos. “¿Fuiste a la marcha del 14 de agosto? ¿Conocés a los procesados en esa marcha”, escucharán todos. Los interrogadores se cruzan, le hablan al otro interrogado. “¿Cómo que no estabas? Decí bien las cosas, que tengo el video”, tercia uno de los otros agentes que no hacen preguntas, pero lo observan todo desde el fondo del salón. Van rotando los agentes que preguntan a medida que los detenidos van pasando por el banquillo. Salvo uno, que permanece callado, observando. Las únicas palabras que pronuncia dejan en evidencia su acento español.
—¿Qué ideología tienen? ¿Quiénes van a La Solidaria?
—No sé, yo trabajo todo el día. Entro a trabajar a las ocho de la mañana y salgo a las siete de la tarde –responde uno.
—No, hoy saliste de trabajar a las 15.13 –le responden.
No es la única muestra que darán los agentes de la vigilancia a la que han sometido a algunos. “Mirá que tengo fotos desde que están yendo a La Solidaria, no me mientas”, le dicen a otro. “¿Estás seguro de que nunca me viste? Yo te he visto tantas veces que ya somos como hermanos, hemos estado tan cerca”, le afirma un agente a otro de los pibes.
La vigilancia, de todas maneras, no se tradujo precisamente en afinar estas detenciones. Entre los pibes había varios que efectivamente no habían ido a la marcha del 14, e incluso uno que simplemente había pasado por ahí porque había ido a algunas de las actividades hechas en la casa, y el bondi lo dejaba cerca. “Ustedes son todos de un mismo grupo, ¿no? ¿Por qué salieron todos de La Solidaria?”, insistían los policías. A varios de los detenidos también se les preguntó por sus posibles vínculos con la Plenaria Memoria y Justicia, y particularmente con Irma Leites.
“El abogado ya va a venir”, respondió uno de los interrogadores cuando uno de los pibes logró colar la pregunta. El abogado estaba recorriendo las seccionales del Centro, en las que no obtendría ningún dato. Ahí no se había detenido a nadie. Cerca de las 20.30 llegó a Jefatura. El guardia que lo atendió le confirmó que tenían ahí a los 12 detenidos, pero le negó información de quién los había llevado o cuál era el motivo de la detención. El abogado le aclaró que eso incumplía la ley de procedimiento policial. El guardia tampoco quiso decirle al abogado cuál era el juez actuante en la causa, hasta que finalmente le contestó: “Es el Juzgado de 16º Turno o el de 2º Turno”.
Adentro, los agentes imprimían tres copias del resultado del interrogatorio y se las daban a firmar a los detenidos. “Dale, firmá rápido”, increparon a uno. “No, lo voy a leer detenidamente”, contestó. De hecho, varios de los testimonios escritos tenían párrafos agregados, los muchachos protestaron y fueron quitados antes de que firmaran. Ninguno de estos documentos fue entregado al abogado que los representaba.
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Ya pegando la curva por los “Cuernos de Batlle”, la marcha se paró a una cuadra del hospital donde sucedió la masacre años atrás. El pequeño acto dio comienzo con la noticia que había comunicado el abogado: los detenidos eran 12 y estaban en Jefatura. Nada más se sabía. Varios de los concurrentes decidieron ir a brindar su apoyo. Cuando el grupo llegó a la calle Yi, los agentes se lo hicieron saber a los presos: “Vamos a empezar a abrir las celdas para que vayan entrando todos esos que están afuera”.
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Uno a uno fueron sacándolos de la celda. Eran cerca de las diez de la noche. “Si los veo haciendo relajo con esos de ahí afuera, los meto a todos de vuelta”, le dijeron a uno.
Como si se tratara de una película yanqui, el pelado que amenazaba párrafos arriba hace una última aparición: “La próxima vez que lleves un palo, anda con un chaleco porque te voy a cagar a tiros”, le recuerda a otro de los pibes. “Anden con cuatro ojos porque vamos a empezar a patrullar”, les advierten como saludo de despedida.
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Ya con los pibes en la calle, el abogado logrará averiguar que unas dos horas después de las detenciones, pasadas las siete de la tarde del sábado, el procedimiento fue comunicado telefónicamente al juez penal del 2º Turno, doctor Pedro Salazar. Hubo otra jueza informada de las detenciones, la doctora Julia Staricco, del 16º Turno. Brecha se comunicó con la jueza, quien dijo que “a raíz de las detenciones del 14 de agosto, hemos trabajado en forma permanente con inteligencia policial y la seccional correspondiente”. Al consultársele si ella había dado la orden para detener a los 12 pibes el 24 de agosto, la jueza contestó que “eso me parece que no tiene nada que ver con el procesamiento y la investigación que se viene realizando. Como una parte de ese expediente sigue en presumario por los posibles implicados que hubo el 14 de agosto, canalicé la información al respecto por la oficina de prensa de la scj”.
Brecha se comunicó a continuación con Raúl Oxandabarat, quien en primera instancia no estaba al tanto de que hubiese habido detenidos el 24 de agosto. Se le explicó que el punto que quería confirmarse era si la jueza había emitido una orden de detención contra los 12, a lo que respondió: “Seguramente hayan sido detenidos por la Policía en el marco de la marcha, que ahora lógicamente hace infiltraciones en las organizaciones extremas”. Habiéndose comunicado con la jueza, Oxandabarat finalmente confirmó que ella no había emitido una orden de detención, sino que “había dado el visto bueno para que las investigaciones continuaran”, y que “el tema es determinar si esas personas potencialmente podían producir algún daño”. El vocero reconoció que la jueza Staricco ordenó la libertad porque “de hecho no hay ninguna conducta reprochable penalmente, no hay razón para que les priven la libertad ni los deriven a juez, una vez cumplidas las tareas administrativas. No sé cuánto estuvieron detenidos, tres o cuatro horas, lo que normalmente demanda una actividad administrativa de la Policía, no hubo ninguna cosa extraordinaria en esto”. Agregó también que “las estrategias de investigación corren por cuenta del Ministerio del Interior”.
Brecha intentó entrevistar al inspector principal José Colman, director del Departamento de Información e Inteligencia de la Policía, división señalada como responsable del operativo. El jefe del servicio comunicó al semanario que el inspector había accedido a la entrevista, pero que para efectuarla debía tener el aval de la Unidad de Comunicación del ministerio. Realizadas las gestiones, desde la Unicom se negó esa posibilidad, argumentando que Colman no estaba autorizado a hablar del tema. El único vocero sería el ministro Eduardo Bonomi, quien rechazó la posibilidad de hacer la entrevista antes del cierre de esta edición.
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Las preocupaciones surgen por todos lados. El reconocimiento de la infiltración de la Policía en la marcha del 14 de agosto surge del expediente judicial, según publicó el diario El País. En la tarde del miércoles, al salir del Parlamento, Bonomi justificó el accionar por denuncias realizadas “por los propios organizadores de la marcha”. Brecha consultó a las organizaciones estudiantiles, que desmintieron tal afirmación. El testimonio de esos infiltrados fue clave en la detención y procesamiento de dos personas en la marcha de los estudiantes.
Y la otra, la más grave, es la sarta de irregularidades cometidas con los 12 detenidos: tanto la falta total de apego a la ley de procedimiento policial, como la detención de personas sobre las que no pesa orden judicial alguna, ni procesos en curso ni cargos de ningún tipo. “Acá no hubo prisión preventiva, hubo un operativo policial en distintos lugares céntricos de Montevideo, que tuvieron como centro a toda la gente que salía de La Solidaria”, enfatizó el abogado. “Lo que denunciamos es un hostigamiento directo a ese colectivo social y a la Plenaria”, agregó.
De oficio
Ielsur: maltrato a jóvenes el 24 de agosto amerita intervención de Institución de Derechos Humanos.
El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, reconoció el miércoles en la Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y Administración de la Cámara de Diputados que la Policía se infiltró en la marcha del Día de los Mártires Estudiantiles, porque había recibido información, de los propios organizadores, acerca de que iba a haber ataques en el Centro Militar y en la sede del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Voceros de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), organizadora de la movilización, lo negaron. El lunes el gremio estudiantil emitió un comunicado en el que explica que la marcha “se realizó en coordinaciones donde participaron los más amplios actores del movimiento estudiantil” y denuncia “la disposición de la Guardia Republicana, que fue un franco hostigamiento a la movilización”. La declaración agrega que “el desenlace que se dio cuando la movilización pasó” por el MEF “fue lamentable” y por eso rechaza “tajantemente el accionar” policial.
La FEUU denuncia una “campaña de estigmatización de los sindicatos y gremios de la educación” y rechaza “todas las medidas tendientes a reprimir a los sectores populares, llámense decreto de ilegalidad de ocupar edificios públicos, megaoperativos, la propuesta de la baja de la edad de imputabilidad”, así como el despliegue policial “persiguiendo” estudiantes. Agregan que en la marcha del Filtro se volvieron “a ver estos montajes del aparato represivo”, hechos que “reflejan la política de criminalización de la protesta en Uruguay y el continente”. Martín Randall, de la Mesa Ejecutiva de la FEUU, dijo que “llama la atención” que esto pase en “un gobierno de corte progresista”.
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SUATT UNOTT-PIT-CNT