★1) Ser mujer trans y migrante en pandemia
★2) El gran robo de las semillas
★3) Arte-revolucionario-y-economia-solidaria-en-Rojava
★4) Chile- La nueva “coalición” de Boric
Ser mujer trans y migrante en pandemia: la historia de Yimel Alvarado
febrero, 2022

Se fue a Estados Unidos huyendo del odio. Allá logró ser libre y feliz, hasta que llegó la covid-19. De acuerdo con la ONU, las personas migrantes de la diversidad sexual, como ella, enfrentaron discriminaciones entrecruzadas durante la pandemia que reveló, sobre todo, cuán invisibles pueden ser sus problemas y por lo tanto sus vidas, también del otro lado
Texto: Beatriz García / Amapola
Fotos y video: Franyeli García
GUERRERO.- Es la noche del 10 de marzo del 2020. El azul brillante de las luces se refleja en la mirada cansada de Yimel Alvarado. El color negro que delínea sus ojos, aun cuando le da mucha profundidad, acentúa su agotamiento.
Trae un vestido negro entallado que ella misma diseñó y cosió. Está en medio de una de sus imitaciones musicales más solicitadas en un bar de la avenida Roosevelt, del distrito de Queens, en Nueva York.
Ese mismo vestido ahora está dentro de una maleta en una habitación de la casa de su madre, en su natal Tlapa, municipio de la región Montaña en Guerrero, uno de los estados con mayores niveles de marginación, ubicado en el suroeste del país.
Yimel es una de las tantas personas de la comunidad LGBTI+ (Lésbico, Gay, Transgénero, Bisexual, Intersexual) que migró a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Aunque tanto allá como en México, la población de la diversidad sexual suele ser invisible, porque en sus historias se configuran varias variables de desigualdad: homofobia, discriminación, odio y rechazo, entre otras.
Yimel se fue a Nueva York en septiembre de 1997. Al inicio, como migrante indocumentada, no tuvo opción y por un tiempo se dedicó al trabajo sexual, lo que la obligó a soportar ataques verbales y físicos bajo las vías elevadas del metro Jackson Heights, como lo documentó The New York Times en un texto sobre covid-19 que tituló El Epicentro. Luego Yimel se unió con un grupo de amistades de la comunidad LGBTI+ y formó una familia con la que compartía departamento en Queens.
Ese 10 de marzo del 2020, Yimel dio su espectáculo en el Kings Bar de la avenida Roosevelt. Nadie se dio cuenta que no estaba bien, la pandemia todavía se sentía lejana a pesar de estar a la vuelta de la esquina, y Estados Unidos aún no decretaba el confinamiento por el virus SARS-CoV-2 que ya se expandía por el mundo.
Después de esa presentación Yimel regresó a casa y comenzó su martirio en silencio. Trató de aliviarse con tés caseros: pensó que sólo era una tos y un dolor de espalda que pasarían. Además, seis días después tendría otra presentación para la que debía recuperarse pronto.
Ella sabía que la covid-19 se estaba propagando, pero creyó que su caso sólo era resultado del cansancio y lo asoció a que la noche previa se desveló mejorando su vestuario. Pero para el 13 de marzo seguían sus malestares: ahora le dolía la cabeza, se había intensificado el dolor de espalda y la tos se volvió tremenda.

Sin embargo no le cuenta a nadie de su familia, ni siquiera a su hermana Olivia Aldama Alvarado, que también vive en Queens. Sólo sus compañeros de departamento se dan cuenta que no está bien y le piden que vaya al médico, pero se niega.
Es la segunda vez desde que llegó a Estados Unidos que la pasa mal. La primera fue muy al principio, cuando debió prostituirse para sobrevivir. Pero las cosas que más le habían dolido en la vida, le ocurrieron antes de migrar, en Tlapa, 23 años atrás.
Libre como las mariposas
Es septiembre de 1997. El bullicio y la música de banda reinan en la colonia San Francisco, en Tlapa. Armando, sus hermanas, su mamá y su papá disfrutan de un jaripeo, un espectáculo que consiste en ver qué jinete se queda más tiempo sobre el lomo de un toro. Armando se aparta para reunirse con sus amigos, a quienes su padre llama “los putos”.
Sus hermanas se van, pero Armando se queda. Al verlo, su padre desenfunda la pistola y suelta varios tiros entre los pies de su hijo y sus amigos. Nadie resulta herido, pero Concepción, la madre de Armando, sabe que su esposo intentó matarlo. Ella y sus hermanas se llenan de miedo.

No es la primera vez que su padre lo agrede. Sucede con frecuencia desde que cumplió 15 años y comenzó a autopercibirse como una persona transexual. Una vez su padre le dio un cuchillo y le gritó: “¡Ten, mátate!”. En la región Montaña, como en muchas otras del país, aún hay muchos prejuicios contra personas con orientaciones e identidades sexuales distintas.
Después del jaripeo, Concepción, sus hijas y Armando duermen en casa de una comadre. Tienen miedo de que su esposo lo mate. Esa noche, Armando comenzó a idear su huida. Dos días después, al amanecer, él ya no está en Tlapa.
Hasta una semana más tarde, su madre y sus hermanas supieron que ya estaba en Estados Unidos. Lo que no les contó en ese momento es que durmió en la calle, hizo trabajo sexual y sufrió maltratos, que para llegar allá consiguió dinero que debía reunir y pagar pronto, y que tenía una meta clara: a partir de entonces sería Yimel Alvarado.
La otra realidad
Durante la pandemia de la covid-19, las personas migrantes lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales pueden enfrentarse a discriminaciones entrecruzadas: tanto por ser migrantes, como por su identidad de género u orientación sexual, han advertido organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Lo cierto es que de la realidad de las personas migrantes de la comunidad LGBT durante la pandemia, poco se sabe. Al menos en México.
Por varios días este medio intentó tener comunicación con organizaciones estatales y nacionales de la diversidad sexual, tanto de México como de EU, para conocer cómo estaba viviendo esta población la pandemia, pero la única información disponible es la relacionada específicamente con crímenes por homofobia.
El representante de la organización local Orgullo Guerrero, Juan Carlos Salvador, dijo que quizás estaban siendo egoístas por no documentar lo que están viviendo sus compañeros y compañeras de la población LGBTI+ en pandemia, porque desconocen totalmente su situación.
De acuerdo con la ONU, las personas LGBTI+ pueden enfrentar discriminación y estigma cuando acceden a los servicios de salud, además de que en algunos países hay leyes en que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y criminalizan a las personas trans.
Otras conductas sobre las que advierte este organismo son: estigmatización, discriminación, discursos de odio y ataques contra las personas LGBTI, así como obstáculos para acceder a trabajos y medios de vida, y vulnerabilidad ante violencia y explotación.
Además, debido a las diversas formas de discriminación social y económica que enfrentan las personas migrantes LGBTI+, es más probable que se vinculen en el sector informal y no tengan acceso a licencia por enfermedad remunerada ni a compensación por desempleo, detalla la organización.

La ONU precisa que las personas migrantes transgénero y no binarias son particularmente vulnerables a la explotación, debido a la discriminación laboral por su identidad de género o nacionalidad, lo cual abre una ventana para que los tratantes aprovechen esta vulnerabilidad y muchas veces busquen activamente víctimas trans y no binarias.
El vuelo de la mariposa
Yimel nació en Tlapa, en la Montaña de Guerrero, una de las regiones más pobres del país, el 14 de mayo de 1980.
Para llegar a la casa donde creció y vivió hasta la noche del jaripeo, se camina por la avenida Hidalgo hasta la colonia San Francisco. Es un extremo de la cabecera municipal, cerca de los cerros, donde abundan casas sencillas de concreto. En la puerta de una de esas casas cuelga un moño negro, símbolo de luto. Es la casa de Yimel.
Dentro, en el segundo piso, hay mariposas de cerámica de colores, con alas abiertas sobre una pared azul. Yimel quería ser como ellas: libre. Algunas de esas mariposas las compró ella misma en Estados Unidos, pero ahora adornan la casa de su madre, en su memoria.
Al cruzar la puerta de la entrada, lo primero que se percibe es el aroma de las lilis -como se conocen en esta región a las azucenas– que rodean una gran pintura de Yimel, donde luce una larga cabellera y está sonriendo; se ven sus labios carnosos y sus ojos perfectamente delineados.
Ariana desempolva el maletero donde guardan como un tesoro preciado los vestidos que confeccionó “La Gorda”, como se refiere cariñosamente a su hermana Yimel. Los saca uno por uno, son grandes y vistosos; Yimel era una mujer robusta de 1.90m de estatura.
La Gorda, cuenta su hermana, regresó a Tlapa después de cuatro años en EU, para ver a su familia. Para entonces su madre se había separado del padre, por las peleas constantes relacionadas con la identidad sexual de su hija.

Ella llegó sin los vestidos, las zapatillas y el maquillaje que usaba en Nueva York. Le contó a su madre y sus hermanas que por fin era libre y disfrutaba mucho su trabajo en los bares, principalmente en El Trío o en Kings Bar, donde imitaba a artistas como Paquita la del Barrio, Celia Cruz, Ana Gabriel, Rocío Durcal, Gloria Trevi y Jenny Rivera, con vestidos amplios, de olanes y llenos de brillos que ella misma se cosía.
“Me voy a beber y comer todo lo que pueda, después, cuando sienta que acabó ese tiempo, comenzaré a obtener bienes materiales”, dice la hermana que un día le dijo Yimel a su madre, de quien se hacía cargo y estaba pendiente por teléfono. Su madre construyó la mitad de su casa con el dinero que Yimel ganó en Queens.
Después de tres meses de estancia en Tlapa, regresó a Estado Unidos con los mismos riesgos de ser migrante indocumentada. Creyó que moriría en el desierto: se le acabó el agua, se deshidrató y estuvo a punto de beberse sus orines; sus pies se llenaron de llagas por todas las horas que caminó, pero logró cruzar. Y del otro lado, a diferencia de la primera vez, la esperaban sus amigos en el departamento, a quienes ella misma había ayudado de manera económica hasta que consiguieron trabajo.
Una sentencia que se cumple
Cuatro días después de su imitación más solicitada en el Kings Bar, Yimel se siente peor de salud. Entonces se comunica con su madre y sus hermanas que están en Tlapa para contarles. Les pide que recen por ella.
También habla con su hermana menor, quien vive en Queens. Cuando Olivia escucha su voz agitada y sin fuerza se va a verla. La encuentra dentro de su habitación tirada en la cama.
The New York Times reconstruyó ese día. Olivia llevó a Yimel al hospital: “Llaman un taxi. Pero el conductor, al sospechar que la mujer desplomada en las escaleras tiene el virus, se disculpa y se va. En un fugaz momento de claridad, Yimel dice: llama a una ambulancia”.
Yimel fue trasladada al Hospital Elmhurst, que ofrece atención, sobre todo, a quienes no tienen seguridad social en EU.
“En estos tiempos de pandemia, las personas transgénero encuentran aún más desafíos. La falta de seguro médico, la falta de capacidad para seguir las pautas de distanciamiento social y las pautas de cuarentena hacen que las personas LGBTI+ se enfrenten a una mayor probabilidad de exposición al covid-19”, advirtió la ONU en un artículo publicado en octubre del 2020.
En Estados Unidos la situación es distinta que en México, asegura en entrevista la coordinadora de Desarrollo Institucional de Casa Arcoíris, un albergue para la comunidad LGBTI+ migrante en Tijuana, Sara Amelia Islas.
Allá las personas de la diversidad sexual tienen derecho a recibir atención médica, y hay organizaciones que velan por sus derechos, dice Islas, quien hace acompañamiento a migrantes LGBTI+ que llegan a la frontera de México con Estados Unidos, para cruzar a ese país mediante la figura de asilo.
Islas afirma que en EU, la comunidad migrante de la diversidad sexual recibe mejor atención de salud que en México, aun cuando sigue padeciendo discriminación, racismo y los crímenes de odio persisten.
En su opinión esto responde a que, en comparación con México, en Estados Unidos hay mayor apertura a la comunidad LGBTI+, porque hay políticas públicas y leyes que les protegen, aunque el grado de aceptación depende del estado, por ejemplo en San Francisco, Washington, Nueva York y California gozan de mejores condiciones y mayor presencia de colectivos que les apoyan.
Hace cuatro días Yimel cantaba en el Kings Bar y ahora está en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte.

El día que ingresó al hospital, los médicos le diagnosticaron neumonía. Después le informaron a Olivia que su hermana sería intubada, porque su respiración y oxigenación disminuía de manera acelerada.
Cuatro días después de que Yimel fue internada en el hospital se declaró la pandemia por la covid-19 en Estados Unidos. Las autoridades obligaron al confinamiento, pero ella ya estaba en la cama de un hospital, en coma y con todos los síntomas que provoca el virus Sars-CoV-2.
A Olivia le dijeron que el país estaba en alerta y debían restringir las visitas en el hospital, sobre todo en el área en la que estaba Yimel, por lo que se retiró a su casa, pero varias veces al día marcaba por teléfono para saber de su hermana.
El 26 marzo por la noche, Olivia llamó nuevamente al hospital. Se sentía impaciente. La doctora en turno le dijo que Yimel seguía igual, que al menos no había empeorado y que podría considerarla estable. Eso le dio tranquilidad.
Pero, a la mañana siguiente, sonó el celular de Olivia, era una llamada del hospital: Yimel había muerto.
En octubre de 2021 Olivia todavía se resiste a creerlo. Ella cree que su hermana fue desconectada intencionalmente por el aumento de pacientes con covid-19.
El calvario de las muertes de migrantes por covid-19
De acuerdo con la Secretaría de los Migrantes y Asuntos Internacionales (SIMAI) de Guerrero, el número de migrantes guerrerenses que fallecieron a causa de la covid-19, tan sólo de marzo del 2020 al 13 de agosto de 2021 eran 451, aunque tampoco se conoce cuántos o cuántas pertenecían a la comunidad LGBTI+.
Desde el 2020, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan ha documentado los casos de migrantes muertos por la covid-19 en esta región de la Montaña para repatriar sus cenizas, pero poco saben específicamente de muertes de migrantes LGBTI+.
En su último informe (2019-2020), Tlachinollan documentó los casos de 63 personas originarias de la Montaña alta fallecidas por covid-19 en Estados Unidos, la mayoría en Nueva York.
Tlapa, el municipio de la región donde se concentra la actividad comercial de la Montaña alta de Guerrero, es el centro donde confluyen habitantes de pueblos mixtecos, tlapanecos, nahuas y mestizos. En las últimas cuatro décadas –como lo enuncia Tlachinollan en su informe de actividades– las y los jóvenes que emigran buscan asentarse en NY porque les significa ascender a otro nivel social.
De 63 personas fallecidas por el virus, Tlachinollan gestionó la repatriación de las cenizas de 27. El resto se quedó en ese país porque allá estaban sus familias, explicó el responsable del área de Migrantes y Jornaleros de esa organización, Paulino Rodríguez Reyes.

El costo de la incineración de los cuerpos era de 2 mil dólares, pero lograron que les disminuyeran el costo a mil dólares, pues la mayoría de migrantes sin documentos no recibieron apoyo de los gobiernos de Estados Unidos ni de México durante la pandemia, afirma Rodríguez Reyes.
De acuerdo con la Secretaría de los Migrantes y Asuntos Internacionales de Guerrero, en Estados Unidos hay un registro aproximado de 70 mil 474 migrantes guerrerenses viviendo en ese país, pero tampoco tienen una cifra de cuántas de estas personas pertenecen a la comunidad LGBTI+.
Los migrantes que viven en Nueva York pudieron acceder al sistema de salud, pero por temor de ser deportados o los dieran por muertos en los hospitales, mejor se quedaron en casa, agregó el defensor Paulino Rodríguez.
Yimel regresa a Tlapa
¿Cómo darle sepultura a la hermana y a la hija cuyo cadáver está en Estados Unidos? En Queens, Olivia y las amistades de Yimel se unieron para recuperar su cadáver. Debía ser rápido.
En Tlapa, Ariana tenía temor de que su hermana terminara en una fosa común o que les entregaran unas cenizas que no eran las de ella. En ese entonces había un fuerte rumor de que los cadáveres de migrantes indocumentados estaban siendo enviados a la fosa común.
Era urgente conseguir un crematorio. Recordaron que antes de dedicarse a cantar, Yimel trabajó en una funeraria. Se comunicaron con el dueño, quien accedió a cremar su cadáver de inmediato pero debían cubrir los gastos. Olivia acababa de recibir un ahorro y con eso pudo pagarlos.
Yimel ya no tuvo la oportunidad de recibir su documentación como estadounidense nacionalizada, que llevaba años tramitando, de haberla conseguido, habría logrado ser mujer de manera legal.
Las cenizas no llegaron pronto a Tlapa. El duelo de la familia en Guerrero se prolongó por seis meses, hasta que una comadre de Olivia viajó a México y con ella viajaron las cenizas de Yimel.
Es 5 de agosto del 2020. Una mujer sale del aeropuerto de la Ciudad de México, en sus manos lleva la caja de madera donde están las cenizas de Yimel, que enseguida entrega a Concepción y a Ariana, madre y hermana de Yimel. En cuanto Concepción las recibe, suelta el llanto.

Más tarde, en la entrada de la cabecera municipal de Tlapa, una caravana de amistades, familiares y conocidos de Yimel, la esperan. Hay muchas flores, música de viento, una muñeca gigante –a la que se le llama “mona” o “mojiganga”, hecha de papel y trapo, en cuyo interior, debajo de la falda, se introduce una persona para hacerla bailar, una costumbre típica de las festividades en la región– , que mueven al son de la música, globos y banderas arcoíris.
En su casa de la calle Hidalgo, en un altar con flores multicolores e imágenes religiosas colocan sus cenizas, que al final fueron depositadas en una nueva urna pintada a mano por artesanos de Olinalá, otro municipio de la región.
Con la llegada de Yimel a su casa lo mismo rezaron que bailaron al son de la banda de viento. Sus amigas se pusieron sus vestidos, los que cosió y bordó con esmero, y bebieron y rieron toda la tarde. Después, los restos fueron llevados al panteón municipal de Tlapa. Aunque el presagio de muerte de su padre se cumplió, Yimel logró su sueño y pudo ser libre.
* Este texto forma parte del proyecto Covid y Desigualdad de la Red de Periodistas de a Pie elaborado en colaboración con DW Akademie, con el apoyo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).
Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.
Silvia Ribeiro
A la cárcel por guardar semillas de su propia cosecha. Suena increíble pero es la consecuencia que ha tenido en varios países la aplicación de leyes que otorgan “propiedad intelectual” sobre semillas a grandes empresas, con la protección del convenio UPOV (Unión internacional de Protección de Obtenciones Vegetales), institución que esta semana cumple 60 años. Podría pasar en México con la reforma a la Ley Federal de Variedades Vegetales propuesta por el diputado Eraclio Rodríguez, quien argumenta que es para armonizarla con el T-MEC y otros tratados de libre comercio. Rodríguez no es original, simplemente sigue los lineamientos que dictan las trasnacionales semilleras y de agrotóxicos como Bayer, Syngenta y Corteva. Son éstas las que se benefician de las normativas para privatizar semillas (https://tinyurl.com/yc285u3k).
disposiciones de UPOV han sido justamente los tratados de libre comercio. En el marco de la campaña, Grain publicó esta semana un mapa interactivo de esos tratados y qué países los empujan. Queda visualmente muy claro que es un proceso de neocolonialismo. Pocos países, encabezados por Estados Unidos y Europa –sede de las trasnacionales semilleras– buscan asegurar la protección de los privilegios de esas empresas en los países del sur, especialmente en los que existe gran diversidad y son origen de las semillas que buscan monopolizar. (https://grain.org/e/6768)
Privatizar semillas es en sí un concepto absurdo, ya que son una creación colectiva y fluida, que comenzó con mujeres que hace más de 10 mil años crearon formas de cultivar lo que antes sólo se recolectaba, dando así origen a la agricultura y los asentamientos humanos. Intercambiar y guardar semillas para las próximas cosechas es a la agricultura como el aire que respiramos. Como expresa Camila Montecinos de la Asociación de Mujeres Rurales e Indígenas de Chile, las constantes conversaciones de las comunidades que siembran con las semillas, los suelos, los cultivos, el clima, los bosques, montañas o llanos, las fuentes de agua, las necesidades de alimentación, abrigo, gustos y expresiones artísticas y espirituales, las formas de manejar enfermedades y muchas otras interacciones, es lo que mantiene las semillas vivas y todo el tiempo crea nuevas. Nunca es una creación individual, siempre son tejidos colectivos que parten de semillas anteriores y son base de las futuras (https://tinyurl.com/5ekmz2vv).
En el mismo sentido se pronunció esta semana contra UPOV y otros proyectos que vulneran la vida comunitaria y la autonomía indígena, la Red Mayense de Guardianes de Semillas (https://tinyurl.com/2p8usv8m).
El proceso de creación lleva más de 10 mil años y no es individualizable. Por ello, las empresas inventaron un absurdo para reivindicar su propiedad: que quien desarrolle una variedad en laboratorio pueda alegar que es su invento, su “obtención” y pedir un “certificado de obtentor” que impida a otros usar esa variedad, pese a que está basada en miles de años de creación colectiva. Para dar a este robo un marco internacional se creó la UPOV. Al principio restringía sólo el uso comercial por 5-7 años. Cambios sucesivos resultaron en la versión 1991 de ese convenio, que otorga exclusividad por más de 20 años, criminaliza y persigue los intercambios campesinos y de agricultores, restringe gravemente el acceso a semillas para investigación pública, permite obtener certificados incluso por “descubrimientos”, extiende la “protección” a variedades similares a la desarrollada y afirma la criminalización y penalización de quien no cumpla.
En todas partes del mundo, pero especialmente en los países del sur global miembros de UPOV, los certificados otorgados siguen un patrón: más de 90 por ciento de los solicitantes son grandes empresas trasnacionales o sus subidiarias. Es básicamente una forma de resguardar los privilegios de las empresas en cada país y habilitarlas a usar los aparatos represivos y jurídicos nacionales contra las y los campesinos, agricultores e institutos de investigación pública. En muchos casos, como con el maíz, frijol, calabazas, nopal, amaranto y flores como cempasúchil o nochebuena, se otorgan derechos exclusivos a trasnacionales de cultivos con centro de origen y diversidad en los propios países que los ceden, un caso repetido en México.
La ambición de las empresas no tiene fin, y tampoco lo tendrá el aumento de las restricciones y penalizaciones que quieren imponer para resguardar sus privilegios a través de UPOV y otros sistemas de propiedad intelectual, como las patentes. Por ello la campaña exige terminar con la institución. Es apenas un comienzo.
Fuente : La Jornada
Tomado de: https://n0estandificil.blogspot.com/
Arte revolucionario y economía solidaria en Rojava
Jineolojî
Hay una transformación revolucionaria en Rojava. La vida se está reorganizando sobre la base de los valores históricos de la sociedad. La destrucción causada por la modernidad capitalista, el colonialismo y el estado-nación se está reparando gradualmente. El monismo del Estado-nación empaña la toma de decisiones, la implementación, la producción y el potencial creativo de la sociedad, y sitúa a la sociedad como un objeto. En cambio, la perspectiva del confederalismo democrático se basa en la creatividad, la diversidad y la singularidad dentro de la colectividad. Todos los campos, desde la cultura hasta el arte, se organizan con esta perspectiva. En este artículo, intentaremos centrarnos en cómo se crean las oportunidades financieras-materiales y cómo se practica el concepto de comunalidad, tocando los fundamentos históricos e ideológicos de la organización de las artes y la cultura en Rojava. Frente a la hegemonía de la industria del arte y la comprensión de la modernidad capitalista del arte, la organización del arte de la modernidad democrática es sin duda de importancia estratégica para la lucha de liberación de las mujeres.
Comunalidad, arte y economía
La cultura y el arte son la expresión del imaginario colectivo de la sociedad. Desde el principio, el arte ha funcionado como una expresión de lo sagrado, un método para interpretar la verdad y dar sentido a la vida. Las preocupaciones estéticas han sido decisivas en todos los aspectos de la vida. El alimento del alma y el embellecimiento de la vida se consideraban una necesidad social. Para ello, la gente decoraba las paredes de las cuevas y desarrollaba rituales. Interpretaron sus vidas con una comprensión desarrollada del arte. La vida de las personas se ha enriquecido y fortalecido por la propia espiritualidad del arte que han creado. Hay una buena expresión de esto en la mitología ezidí que dice que el alma no entró en el cuerpo humano hasta que llegaron el def y el shibap [instrumentos musicales]. Para que el alma entrara en el cuerpo, el dios tenía que enviar instrumentos musicales. Cuando llegaron, el alma entró en el cuerpo humano. Creo que ésta es la raíz del dicho «la música alimenta el alma»…
No vemos una vida fragmentada en la formación histórica de la humanidad. Hay una perspectiva holística. La forma en que las personas se alimentan y la forma en que lo expresan están interconectadas. Por eso, cuando observamos las pinturas rupestres, que pueden considerarse como la primera producción artística, nos encontramos con una historia con un fuerte aspecto estético. Allí vemos una forma artística en la que narraban su vida para sí mismos, para los demás. El desarrollo de los rituales culturales, el desarrollo de las herramientas necesarias para mantener la vida y la organización de las actividades se desarrollaron en paralelo. Por lo tanto, podemos decir en pocas palabras que las actividades artísticas y económicas se solapan. Ambas son inherentes a la organización de la vida. Por ejemplo, en el territorio de la actual Rojava, lugar de la revolución aldeana-agrícola que se desarrolló bajo el liderazgo de las mujeres, se han producido miles de estatuas y símbolos de mujeres. En el norte de Siria, hay muchas representaciones de mujeres con instrumentos musicales. Hay representaciones y esculturas de una mujer celebrando, una mujer con un twan [e instrumento] y una mujer con una flauta. La expresión artística de las producciones y creaciones de las mujeres se ha conservado a través de estas esculturas y representaciones.
Las formas comunitarias de organización que sobreviven hoy en día son nuestra realidad histórica y nuestra mayor fuerza. En todas partes se proponen alternativas al capitalismo y, lo que es más impresionante, se organizan e inician activamente. Hoy en día, vemos que los que más buscan alternativas son los que más sufren el capitalismo neoliberal. La economía-arte-política ha pasado a primer plano por los valores morales y comunitarios de la sociedad. La economía solidaria, la existencia de economías micro-locales controladas por la comunidad, es cada vez más importante. En todo el mundo encontramos expresiones contemporáneas de esta tradición histórica de comunalidad. El paradigma democrático, ecológico y libertario de las mujeres que se está organizando en Rojava también se basa en esta historia social.
Dado que el principio de autosuficiencia, solidaridad y colectividad son formas que mantienen su vitalidad en la vida social kurda, la perspectiva de la economía comunal democrática de la revolución encaja con el tejido social. Se está intentando desarrollar la ecoindustria y la ecoagricultura basadas en las comunas, las cooperativas y la autosuficiencia, en contraposición al industrialismo monopolista. Se prioriza el beneficio social y la satisfacción de las necesidades vitales en lugar del máximo beneficio. La desvinculación de la actividad económica de la vida y de las mujeres y la priorización del beneficio, la competencia y las motivaciones orientadas al consumo son una negación de la economía. No se toman en serio las concepciones que aíslan la economía de otros ámbitos de la vida. Por el contrario, la economía se considera una actividad vital básica organizada por los valores éticos y estéticos de la sociedad.
El ejercicio de la actividad económica en el Kurdistán ha adquirido una expresión estética, como en otros lugares del mundo. La etimología de cultura-cultivo en castellano, çand-çandinî en kurdo es reveladora de esta realidad. La relación entre el arte y la economía en la sociedad se pone de manifiesto en esta representación. Cuando observamos las formas tradicionales de la cultura-arte kurda, a menudo vemos que se realizan junto con la actividad económica.
¿Qué tipo de arte?
El arte es un campo político. El artista y la obra de arte provocan un cambio ideológico y una transformación en la sociedad. Por esta razón, los gobernantes siempre han querido utilizar el arte y al artista como herramienta de su poder. El arte fue arrebatado de las manos de las mujeres y de la sociedad y puesto bajo el control de las instituciones de poder, y también fue controlado económicamente y atado a reglas estrictas.
Ahora, para hablar de arte alternativo, es de gran importancia superar la contradicción sujeto-objeto o esencia-contenido-forma alimentada por la vida que la modernidad capitalista ha dividido en pedazos. Las actividades de producción de las sociedades comunales se basan en el colectivismo y en las relaciones de solidaridad tanto artísticas como económicas. Imaginemos la creatividad y la belleza de la cultura y de las artes de un mundo en el que las necesidades de todos están satisfechas, basadas en la autosuficiencia, la participación, cada persona tiene sus colores en la formación de la vida social. Esta vida se puede organizar con la misma filosofía. Dentro de esta filosofía, el arte no se deja al monopolio de los profesionales. Todos los componentes de la sociedad participan como productores de cultura.
En este sentido, en las zonas donde se organiza el Movimiento por la Libertad del Kurdistán, especialmente en Rojava, se lucha contra la mentalidad capitalista que destroza los valores morales y comunitarios de la sociedad y difunde el individualismo, el populismo, la falsa comprensión de la libertad y de la cultura a través del arte. La socialidad se considera la razón de ser del arte, y el egoísmo el asesinato del arte y del artista. Al rechazar la comprensión liberal, individualista y populista de la modernidad capitalista, se pueden desarrollar el estilo y los métodos de trabajo necesarios para el desarrollo, la expansión y la organización de la perspectiva alternativa de la cultura-arte y el estilo de la modernidad democrática.
Reflejos de la realidad sociológica histórica del pueblo kurdo en su arte
Las obras y productos culturales y artísticos ocupan un lugar muy importante en la revolución de Rojava. Para entender esto, es necesario observar la realidad socio-histórica de Rojava y la relación de los kurdos con la cultura y el arte. Los principales elementos que han afectado al arte cultural kurdo han sido la relación con la geografía y la naturaleza, los elementos morales-políticos arrastrados desde el neolítico y la dominación, los actos de fuerza y la violencia de los gobernantes. Las condiciones de la geografía en la que vivimos, que no permiten mucha jerarquía social y dominación, e imponen el colectivismo, son también determinantes en la formación de la cultura social de los kurdos. Aunque las llanuras también influyen, es la vida en la montaña la que deja su huella en las danzas, las canciones, la poesía y la lengua kurdas. Esta dialéctica del pueblo kurdos con la montaña ha llevado a la definición del «el pueblo de la montaña». Además de sus características rebeldes y guerreras, que no se ajustan a una jerarquía estricta, su estilo de vida en armonía con la naturaleza se deriva en gran medida de su geografía montañosa. Lo expresan con sus danzas, canciones, cuentos y epopeyas. Podemos observar las características de su vida colectiva en sus danzas(govend). Por un lado, el sergovend expresa el liderazgo, pero por otro lado, la sociabilidad que va de la mano y todos se adaptan al mismo ritmo se refleja en el govend.
Por otro lado, los kurdos, que son uno de los pueblos más antiguos de la geografía en la que viven, se han enfrentado a la realidad de la ocupación y la dominación constantes. Los kurdos están expuestos a un genocidio cultural. Si queremos entender y comprender la socialidad y la historia kurdas en la actualidad, debemos escuchar primero la música de los kurdos. La música, especialmente el dengbeji, tiene un efecto muy importante en la formación de la identidad y la personalidad kurdas. El dengbeji se forma mezclando la verdad y las emociones. En este sentido, el dengbeji no es sólo una forma de canción, sino que es el principal medio de expresión utilizado por los kurdos para transmitir su propia historia, cultura, experiencias y problemas. Los dengbejs tienen esa responsabilidad. Por eso lo primero que nos viene a la mente al hablar de arte para los kurdos es la música.
La música tiene el mismo significado en la comunidad de Rojava. Antes de la revolución, había muchos dengbejs y artistas. Los viejos artistas son bastante reconocidos. Especialmente en Afrin, el arte es fundamental, y la sociedad está abierta a él. Tal vez se deba al arraigo a la tierra, al colorido de su naturaleza. Por ejemplo, se puede afirmar que la principal actividad que mantiene unida a la sociedad en Shehba hoy en día son las actividades culturales. En Rojava viven muchos pueblos diferentes. Han conservado su cultura en sus pueblos y ciudades durante miles de años. Existe una riqueza artístico-cultural heredada de los antepasados y conservada hasta hoy. Por ejemplo, sólo en Kocharats (región de Koçerat, conocida por sus nómadas) hay 16 danzas diferentes. Hay decenas de géneros musicales diferentes (makam). En este sentido, los mesiánicos, los kurdos y otros pueblos se influenciaron mutuamente. Las diferencias se expresan en una amistosa armonía. Aunque es una zona pequeña, las características culturales de cada ciudad son diferentes. Existe una diversidad y riqueza cultural que también ha creado una cultura de la democracia.
Las sociedades que vivían aquí bajo el régimen del Baaz, con todas sus diferencias y riquezas culturales, estaban amenazadas. Se impuso el monismo a la sociedad. El arte estaba dominado por el chovinismo árabe en Siria. El arte afiliado al Estado se desarrolló en el marco de las normas del Estado y se convirtió en una herramienta de propaganda del sistema dominante con un débil aspecto ideológico. Por ejemplo, es un ejemplo llamativo que los pintores se vean constantemente obligados a pintar a la familia Assad, y los escultores se vean constantemente obligados a hacer bustos de la familia Assad. Se obliga a los músicos a cantar canciones que alaban al régimen del Baaz. La quema de niños en el cine Amude el 13 de noviembre de 1960 sigue siendo un trauma en la sociedad kurda. El cine les recuerda la masacre. Por ejemplo, hay un ejemplo interesante de las actividades de la comuna cinematográfica. Tevçand va a los pueblos para mostrar la película de Charlie Chaplin a los niños. Algunas familias no quieren enviar a sus hijos. Como todavía sienten ese miedo, algunas envían sólo a un niño.
El régimen del Baaz quería dejar a los kurdos sin identidad. Destruyó el arte saqueando los recursos culturales-artísticos originales de la sociedad. El desarraigo y la alienación de su propia existencia formaron una cultura bajo la «arabización» forzada.
Se produjo una estandarización y un desarraigo tanto en el sentido económico como en el artístico. Se han desarrollado políticas especiales para destruir especies de trigo de decenas de miles de años de antigüedad y para romper los lazos de la gente con el suelo y la naturaleza. La relación que la gente establece con las semillas y el suelo en el Kurdistán es una relación viva y sensible. Cada tipo de semilla tiene un nombre específico. El régimen destruyó estos tipos de semillas y obligó a la gente a utilizar semillas producidas en laboratorios. No es posible establecer un vínculo emocional con las semillas de trigo nombradas con números de serie como Damasco 101. El Estado sirio prohibió la plantación de árboles y cultivos sin autorización. Como resultado de estas políticas, podemos decir que, con la excepción de Afrin, el patriotismo ligado a la tierra (welatparezî) es débil en Rojava. Por ejemplo, no existe una arquitectura ni un paisake originales.
Arte, existencia y resistencia
Por otra parte, la música, los colores culturales y la lengua ocupan un lugar especial en la lucha por preservar su existencia y la resistencia cultural. Podemos decir que los artistas tienen una gran influencia en la formación de welatparezî en Rojava. El arte ha asumido una identidad secreta frente a la ocupación y la opresión del Estado. La gente ha insistido en mostrar sus colores artísticos culturales cantando sus canciones en su propia lengua y vistiendo sus ropas nacionales en pequeños eventos como invitaciones de boda y en días importantes como el Newroz, desarrollando así una resistencia cultural. Las historias de personas que fueron encarceladas y torturadas durante años por asistir a la celebración de Newroz o por escuchar grabaciones en kurdo no son una excepción en la historia reciente del Kurdistán. Por lo tanto, la cultura y el arte en kurdo se han convertido en una imagen de resistencia y rebelión en sí misma. Ha sido una expresión de la existencia de los kurdos.
La resistencia cultural frente al genocidio cultural también ha dado su color a la lucha político-militar. La elección entre una vida en libertad o en esclavitud es la esencia de la cultura revolucionaria. La tradición de la cultura revolucionaria, que comenzó con revolucionarios como Hozan Mizgin y Hozan Serhat, asumió una importante responsabilidad en la difusión de la lucha por la libertad del Kurdistán.
En Rojava, hay un sentimiento de libertad que se transmite a través de las obras artísticas. La libertad surge en la armonía donde todas las religiones y pueblos pueden vivir y producir juntos. La resistencia se manifiesta allí donde esta armonía se significa. La libertad es el poder de cambiar. La cultura y el arte es el campo que crea esta resistencia, cambia la historia y da un sentido existencial a los kurdos. La guerra de la existencia, que libramos bajo el colonialismo, siempre ha mantenido vivo el interés por el campo del arte. Dado que el arte no se maneja de forma independiente a la lucha por la libertad, no se puede enfocar como una mercancía para el consumo o la propiedad privada. Es extraño que se aborde así. Los artistas que ponen su fama por delante y no ponen su arte al servicio de la resistencia cultural y la cultura revolucionaria no duran mucho en el espacio público.
Rojava está siendo invadida. Se destruyen edificios históricos. La gente es asesinada. Se destruyen casas. Existe la realidad de la guerra. También existe la realidad de la revolución. Así que la construcción y la guerra, la destrucción, están entrelazadas. Las producciones artísticas que surgen de estas personas también se configuran en función de esta situación. No podemos considerar el arte aislado del contexto. Según el momento, el artista interpreta el contexto desde su propia perspectiva. Los temas de las canciones, los poemas, las películas y las obras de teatro son la revolución, la resistencia y la lucha. Aunque hay quienes producen fuera de esta atmósfera política actual, esto no cambia el aura general.
¿Un arte sin capital?
El sistema capitalista ha tomado los medios de producción artística bajo su propio dominio para alejar a la sociedad del arte. Se gastan enormes sumas de dinero en la industria de la cultura y el arte sólo para que no salga un producto diferente de este sistema. La cultura y el arte han pasado de ser una producción social, un ámbito de existencia, a un mercado industrial. Con procesos como los derechos de propiedad intelectual y los derechos de distribución, la fluidez de la cultura y el arte ha quedado aprisionada en la ley capitalista.
Las obras producidas con grandes sumas de dinero pueden despertar admiración, pero su efecto es efímero. No son permanentes, porque no están arraigadas en la sociedad, no se basan en ella. En la modernidad capitalista, la relación del arte con la sociedad está paralizada. Aunque se afirme que el arte no puede hacerse sin capital, hay productos artísticos que son muy influyentes y abrazados por la sociedad con presupuestos muy bajos o sin gastar dinero. El teatro, los productos cinematográficos y las espléndidas salas que se exhiben con millones de dólares se proponen para bloquear el arte natural que la sociedad lleva haciendo desde hace miles de años. Se están devaluando las formas de arte natural que han persistido durante miles de años: por ejemplo, el bordado y el dibujo, de los que se ocupan las mujeres desde hace miles de años, como el dengbeji. Naturalmente, el arte es gratuito, lo importante es su conexión con la vida, la sociedad y la naturaleza, la creatividad. Pero ahora las obras de arte que no tienen un significado ideológico y no están interconectadas con la vida se venden a precios elevados. En este sistema de arte industrial, los artistas pobres y las obras pequeñas no reciben una parte, los ricos se hacen más ricos.
El arte que se integra con su significado vital se hace sin depender del dinero. Esto no significa que el artista no cree las oportunidades para satisfacer sus necesidades de supervivencia. Tampoco significa que no se necesite dinero para elaborar el producto u obra artística. La solidaridad, el espíritu comunitario, el estilo colectivo y el poder del significado en la modernidad democrática son el principal poder determinante de las obras de arte. Por ello, las actividades artísticas pueden llevarse a cabo con coste cero o con presupuestos muy bajos. Aunque existen instituciones como el sindicato de artistas y escritores en el sistema de administración autónoma de Rojava, no se ha realizado ninguna institucionalización especial en el contexto de la economía solidaria. Porque la solidaridad y la colectividad son inherentes al propio sistema comunal. Además, dado que el pueblo tiene una sensibilidad histórica en lo que respecta al arte, y que el arte es una forma de resistencia de la existencia kurda, no se considera extraño confiar en los medios del pueblo en cuanto al estilo de la comuna, la financiación y la logística. Puede decirse que los ejemplos más exitosos de comunas en Rojava proceden del ámbito de la cultura y el arte.
A continuación, intentaré transmitir a partir de relatos de primera mano el desarrollo histórico y el estilo de funcionamiento-producción de los estudios culturales y artísticos en Rojava. Al evaluar la evolución de las actividades culturales y artísticas en Rojava, podemos considerarlas básicamente en dos etapas:
El periodo entre 1980 y 2000
A partir de la década de 1980, los efectos de la cultura revolucionaria surgida bajo la influencia del movimiento de liberación en Rojava comenzaron a extenderse rápidamente. En estos años se crearon grupos como Koma tolhildan, Koma Botan, Koma Cudi, Koma Agiri. Podemos llamar al periodo posterior a 1983 el periodo de los kom (grupos) en la música kurda. Estos kom’s tuvieron un efecto que también alimentó la participación en la lucha. Muchas personas de los kom’s también dieron su vida en la lucha.
Los estudios culturales de este periodo también se configuran según las características de las regiones. Por ejemplo, en Kobane, que tiene una sociedad más cerrada y feudal, la participación de las mujeres en las actividades culturales y artísticas es menor. Sin embargo, tras la revolución, esto se superó. Pero en Afrin, que tiene una estructura social más abierta, no hay ningún obstáculo para las mujeres. Las mujeres siguen trabajando incluso después de casarse.
Durante este período, los trabajos se realizan en las casas en gran secreto. No había instituciones. Para no ser descubiertas por las fuerzas del régimen, van en secreto a los pueblos por la noche y preparan Newroz en los sótanos. Newroz es muy importante. Hay una presión especial por parte de las fuerzas del régimen. Los miembros del kom que van a subir al escenario en Newroz son llevados al escenario en secreto, luego se cambian de ropa y se mezclan con el público. La cultura se considera el espejo, el alma de la sociedad. En realidad, existe una cultura de resistencia. Los kurdos consideran la cultura popular como un método de existencia. Esta es la razón por la que no se rinden a pesar de todas las presiones. Porque se ven a sí mismos en el newroz, estas canciones los representan. El newroz es uno de los acontecimientos más importantes que alimentan la lucha.
La financiación de los trabajos realizados en esta etapa procede de las ayudas recogidas entre el público y los miembros del kom. Todo el trabajo realizado en este período de la lucha se lleva a cabo con un espíritu comunitario. Las actividades del pueblo en su vida ordinaria se replantean con un espíritu revolucionario. Se evalúan los tiempos de cosecha para recaudar el dinero necesario para las actividades. Los donativos recogidos se destinan a financiar el arte y la cultura.
El pueblo es generalmente pobre. A pesar de ello, se esfuerzan por contribuir. La gente va junta a la cosecha de lentejas, el producto cosechado se vende y se transfiere a las arcas del Movimiento. La cultura dirige este trabajo, que se realiza en la época de la cosecha. Por ejemplo, 100 personas se reúnen y trabajan con cantos y bailes y recogen el producto. También se busca el apoyo directo de los más pudientes. Estas personas apoyan con aceitunas, trigo o dinero. Los miembros de la kom cantan y ofrecen apoyo financiero porque el objetivo no es cantar sino revelar su propia existencia cantando en kurdo. Las bodas son también una herramienta importante para transmitir mensajes revolucionarios y recaudar ayudas económicas. Durante este periodo, los miembros del kom son invitados a las bodas. Los kurdos tienen una tradición: se da dinero al músico de tambor y zurna que toca en las bodas. Este dinero no se exige, todos lo dan voluntariamente. Estas monedas se recogen y se transfieren a las arcas de la cultura. Con ello se cubrían ciertas necesidades de los miembros que no estaban en buenas condiciones.
La cultura lidera el camino, no sólo para recaudar dinero sino para ayudar a los pobres. A veces, bajo la dirección de la cultura, se reúnen grandes grupos y se ponen a trabajar, no sólo para obtener ingresos, sino también para recolectar para los pobres o los que no tienen a nadie que trabaje. Al ayudar a los pobres, todos traen su comida de casa, se forma una mesa común y se come juntos. Así, la gente ve que la cultura no es una entidad separada de ellos mismos. La gente ve que la cultura no es sólo una canción, sino una vida, entrelazada con la sociedad. Estas reuniones crean una mentalidad en la gente. También ven que la cultura no es una obra realizada con dinero o medios financieros. Al igual que la defensa está en todas partes, la cultura también lo está. La cultura es el campo en el que crece la revolución. Los cimientos de la revolución cultural se establecen en este periodo.
Desde la década de 2000 hasta la actualidad
Tras la revolución, se produjo una explosión de las actividades culturales. El pueblo fluye sobre todo hacia la defensa y las obras culturales.
Tras la revolución, el pueblo se apodera de los centros que el régimen convirtió en centros de exterminio cultural. Se abren cursos en estos centros. Se da alguna ayuda a los educadores para cubrir algunas de sus necesidades. Este dinero se recauda también a través de las aportaciones simbólicas de los asistentes a los cursos. Cada institución tiene una caja. Las obras continúan con el espíritu de los años 80. Esta cultura de la solidaridad continúa siempre, no por necesidad, sino porque la gente conoce y adopta esta cultura.
La cultura se impone en todos los ámbitos de la vida, en las marchas, en los pésames, en las ceremonias de los mártires, con ropas locales, canciones, tambores y zurnas. Por ejemplo, todos los miembros de la cultura se reúnen y van a limpiar los cementerios. La cultura participa en campañas de boicot, de limpieza y de ayuda a los pobres en todas partes. Cuando la sociedad ve esto, se acerca más a la cultura. Las mujeres lideran incondicionalmente todos estos procesos.
Antes de la revolución, las condiciones eran diferentes. Todo el mundo tenía que trabajar. Entonces no había instituciones, había un ensayo una vez a la semana, el resto del tiempo cada uno trabajaba en un empleo diferente. Después de la revolución, las condiciones de vida en Rojava eran diferentes, las necesidades eran diferentes. Ahora, como todo pertenece al pueblo, no existe el trabajo en las instituciones del régimen. Tras el establecimiento del autogobierno en 2014, la junta de cultura y arte fue una de las primeras en crearse. Los centros culturales establecidos durante el periodo del Baaz y expropiados por la revolución están adscritos al consejo cultural. En este periodo, se forman el Consejo Cultural, las direcciones, el teatro, el cine y los departamentos de archivos. Se forman Tevçand, Kevana Zerin. Se crean comunas culturales y artísticas. En la actualidad, actividades como la feria del libro Herekol, el festival de literatura Osman Sabri, el festival de cultura y arte de las mujeres, el festival infantil y la orquesta infantil de Rojava, creada en 2016, se llevan a cabo bajo la dirección de cultura y arte. Cada dos años se celebran exposiciones de pintura y encuentros de arte de Rojava. También se apoyan proyectos de otras instituciones, estén o no incluidas en la administración autonómica. Por ejemplo, el Jardín de la Lectura es un proyecto de este tipo. Es un proyecto de la Unión de Intelectuales de Rojava, tiene una biblioteca de 4000 libros. Hay muchos kom’s. Asirios, árabes, mesiánicos… A veces se celebran festivales conjuntos. Todas las obras de arte gozan de las mismas oportunidades sin discriminación. Tevçand también ocupa su lugar en este sistema como un movimiento único.
Estas instituciones de reciente creación también trabajan de forma colectiva. Nadie es un profesional. Trabajan juntos y progresan juntos. Por ejemplo, todos los miembros acuden a la institución dos días a la semana, la institución se limpia de arriba a abajo. Desde la limpieza de la institución hasta la recepción de los invitados, desde la preparación de la decoración del escenario hasta la costura de los trajes, todo se hace colectivamente.
Pero las instituciones necesitan encontrar una forma de financiarse. Se necesitan ingresos porque algunos de los empleados (activistas) reciben salarios simbólicos o porque es necesario comprar equipos técnicos. Cada unidad de la comuna emite entradas para eventos como conciertos, aunque sean simbólicos, para crear sus propias finanzas. La apertura del departamento de estudios de Hunergeha Welat también supone una contribución financiera. Una pequeña cantidad de dinero procedente de los clips subidos a You Tube, o de la distribución o de los cursos abiertos se recoge en la caja general de la cultura, y luego se distribuye a las comunas e instituciones según sus necesidades. La institución que crea y coordina este reparto es la Junta de Cultura. A algunas instituciones se les cede un campo o jardín, se cultiva la tierra y los ingresos que se obtienen de ella se transfieren a la caja. Aunque se pretende ampliar este modelo y crear cooperativas de arte, aún no se ha hecho realidad.
El cine se está desarrollando profesionalmente como un nuevo campo para Rojava. El cine tardará un tiempo en ser reconocido. Es necesaria la solidaridad transfronteriza para producir cine, que requiere más aspectos técnicos. Así que no se puede financiar el cine sólo con donaciones públicas. Sin embargo, utilizando las instalaciones existentes, se pueden hacer películas con presupuestos mucho más reducidos que los del cine industrial. El rodaje de la película Ji bo Azadiye, ‘El final será espectacular’, es un ejemplo de ello. Por ejemplo, como los actores se eligen entre el público, no se asignan presupuestos para actores y extras: la gente ve esta película como su propia película. Los habitantes de Kobane acogen a muchos cineastas en sus casas y satisfacen sus necesidades personales, como la comida y la limpieza. Las explosiones, las calles, los decorados, todo lo que es necesario para la película, lo hace la propia gente. Esto reduce el presupuesto a casi la mitad. De hecho, la cultura de la que hablamos en los años 80 y 90 continúa. Mientras se cosechaba el trigo en el pasado, se construye un muro para la película, o se prepara una comida y se lleva al plató, y se colocan grandes mesas. Niños, jóvenes, mujeres, todos participan en el proceso de rodaje. Además, todas las instituciones de la autogestión participan en proporción a su poder. Participan las fuerzas de autodefensa. Algunas técnicas que no están disponibles reciben la solidaridad de Europa. En Kobane, algunas personas adineradas también dan ayuda, una pequeña parte se transfiere de las arcas del movimiento general, una parte se cubre con los medios del pueblo. Así se consigue un equilibrio. Eso es el 70%. A medida que se proporciona la dimensión espiritual de la cultura, también se crean oportunidades materiales. También es importante que el equipo técnico utilizado para una película pertenezca a la comuna cinematográfica y se comparta entre las instituciones. Todos los negocios en Europa, por los que hay que pagar por horas, se llevan a cabo con un espíritu de solidaridad colectiva.
Aunque hay muchas deficiencias, no se permite la desintegración de las actividades culturales. Podemos poner como ejemplo el festival de Leylun celebrado en Shehba. Aunque tenía muchas deficiencias a nivel local, se organizó con un espíritu que dejó a los espectadores de fuera asombrados. El festival de Leylun se celebró mientras los morteros estallaban junto a la zona del festival con una cadena de solidaridad, en la que los que tienen un ordenador traen su ordenador y los que tienen una cámara traen su cámara. Otra experiencia inspiradora es el Festival de Cine de Rojava. El primer Festival de Cine de Rojava se celebró el 13 de noviembre de 2016. Este festival sigue luchando por la reconstrucción social de Rojava y por la democratización del arte. El primer año el Festival recibió 40 películas. ¡Después de cuatro años se presentaron 3150 películas! En 2019, debido a la guerra en Serêkaniyê, el festival se celebró en Internet y de forma transfronteriza. Más de 20 países inauguraron el Festival Internacional de Cine de Rojava en más de 50 lugares. El 13 de noviembre fue un ejemplo de solidaridad único para los festivales internacionales de cine.
Los que vienen a Rojava y ven esto se ven impactados. Cuando vuelven a sus lugares, intentan hacer algo. La solidaridad se está desarrollando. Los kurdos que viven en Europa y los artistas kurdos vuelven a hacer un gran esfuerzo. Por ejemplo, se recoge un camión de instrumentos y se envía a Kobane. O para el festival que se celebra en Şehba (Shehba), un hombre de Afrin que lleva 40 años viviendo en Europa, quedó impresionado, dijo que quería ayudar y recogió y envió dinero. No se trata de dinero, pero cuando crea un alma, fluye como una fuente y encuentra su camino.
Trabajos como Hunergeha Welat, Komuna Film A Rojava, Pargin organizan festivales, conciertos y proyecciones. Hay mucho interés desde el exterior. Esto alimenta el arte espiritualmente, pero también crea oportunidades financieras a largo plazo. Genera ingresos. Por ejemplo, se obtienen muchos fondos de las proyecciones de la película Ji Bo Azadiyê. Entre 12 y 13 millones de personas ven un clip de Hunergeha Welat, lo que supone un apoyo moral y financiero. Los estudios realizados aquí también han creado una motivación y un modelo en todo el Kurdistán. No se limita a Rojava. Pargin, por ejemplo, trabaja para mantener viva la cultura tradicional kurda: ahora se quiere realizar un proyecto similar al de Pargin en el Kurdistán de Başurê (Kurdistán del Sur). Las delegaciones del Movimiento Cultural van a muchos países.
La infraestructura que se creó en los años 80 permite que esto ocurra hoy en día. Así se formó el espíritu cultural de hoy. El padre, que era un artista de la cultura en aquella época, lleva hoy a su hija a las comunas culturales. Ha criado a su hija con este espíritu. Porque el espíritu de la cultura en Rojava está arraigado en la sociedad. Es un tubo de respiración.
El arte comunal de la modernidad democrática frente al arte industrial de la modernidad capitalista
Podemos afirmar que existe una contradicción insuperable y una intensa lucha entre la comprensión de la cultura de la modernidad capitalista y la cultura revolucionaria de la modernidad democrática. Estas contradicciones también se experimentan en Rojava. Ahora hay un intento de poner en primer plano una cultura diferente a través de canales como Vin tv y KPD. Intentan difundir el modernismo. Intentan destacar el arte individual, populista y materialista. Sin embargo, el artista cuyo espíritu se ha formado en la cultura revolucionaria no se ve afectado por esto. Porque la cultura de la solidaridad, el espíritu comunitario, es fuerte. Todos son iguales en el kom [espíritu comunitario]. Se crea un equilibrio. Hay espiritualidad, perfección, filosofía. El artista se conoce a sí mismo, sabe de dónde viene el espíritu que hace posible su arte y revela su creatividad. El capitalismo pone al arte en una competencia constante, haciendo que el contenido, el mensaje y el significado pasen a un segundo plano al destacar el presupuesto. En el sector del arte industrial es habitual vender productos artísticos. Es normal no ir a un concierto o rodar una película por la que no se va a ganar dinero, pero se considera vergonzoso escribir y vender canciones en Rojava. Es una vergüenza intentar ganar dinero con los valores de la revolución y del pueblo. En la modernidad democrática, el arte no es para ganar dinero o fama personal; se hace para mostrar la expresión estética de la socialidad con el fin de revelar el poder del significado de la vida.
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En la siguiente sección, comentaremos algunas comunas artísticas de Rojava. Instituciones como Komuna Film a Rojava, Hunergeha Welat, Pargin, Teatra Sarya Baran intentan preservar y desarrollar la cultura original. Al organizar sus obras, restablecen la relación arte-sociedad traspasando los límites trazados por la modernidad capitalista y las reglas que ésta ha establecido. También intentan crear una alternativa en cuanto al funcionamiento del cine, el teatro y la música. Como se basan en el principio de autosuficiencia, esto les permite realizar sus proyectos con presupuestos muy bajos para los estándares de la industria del arte.
Komuna Film a Rojava:
El cine estaba prohibido durante el período del Régimen. El sonido, la imagen y la documentación estaban prohibidos. En otras palabras, no había infraestructura para el arte del cine en Rojava. Şero Hindê menciona este periodo así:
“Íbamos de pueblo en pueblo, buscando jóvenes interesados en el cine. Nos dimos a conocer organizando talleres y tratando de aprender el ABC del cine. Y empezamos nuestro trabajo con proyecciones de películas. Hicimos películas originales, como las de Charlie Chaplin, fuimos de pueblo en pueblo y las vimos. Nos llamamos Komuna Film a Rojava.
”Ahora compartimos las oportunidades que tenemos en nuestros centros culturales con niños y adultos. La gente se convierte en sujeto del arte que hacemos, en parte del trabajo que hacemos. En realidad somos como una academia de arte. Hacemos un trabajo para la gente, con la gente, que lleva el espíritu de nuestra cultura. No queremos hacer películas que nuestras madres no sientan, no entiendan, ni vean. La sociedad kurda es una sociedad que mantiene vivo el espíritu comunitario, hay colectividad. No habríamos podido rodar películas sin el apoyo y la participación del público. Como lo ven como una parte de sí mismos, hacen todo lo posible cuando vamos a ellos.
Como segundo paso, les pedimos que filmaran sus propias historias y vidas para desarrollarse técnicamente. Se formaron durante un año en la Academia del Mártir Herekol. Luego se convirtieron en miembros de la comuna. Hubo cineastas que vinieron de muchos lugares y nos apoyaron. Fue un esfuerzo por crear un cine alternativo, una cultura alternativa en Rojava”.
Primero rodaron cortometrajes, documentales y luego largometrajes. Los escenarios y las ideas se creaban y discutían siempre de forma colectiva. Todo el trabajo se hacía colectivamente. El guionista cocinaba, el director hacía de conductor. Toda la sociedad se reunía en torno a la comuna. Sea cual sea el tema del escenario, los sujetos de ese tema se convierten en actores y empleados del plató. Ninguno de los implicados en el proceso de producción ha planteado exigencias financieras, porque el arte se hizo con un espíritu diferente. No se hizo por dinero. Querían participar porque reflejaban sus propias vidas, su dolor, sus sueños. «Hacemos nuestro trabajo para hacer realidad nuestros sueños». Como la carga es pesada, muchos miembros de la comuna querían continuar el trabajo. Muchos artistas de otras piezas también van y participan en sus obras. La comuna también apoya a directores del extranjero, de otras partes del Kurdistán. La comuna quiere reflejar una imagen profunda, bella y sensible de la revolución más allá de las imágenes desnudas de los canales de noticias. No pretenden reflejar la guerra. Artistas de muchas partes del mundo apoyan a estas comunas, a veces con sus conocimientos, a veces con la técnica, a veces con los vínculos sociales…
Teatra Sarya Baran
El grupo toma su nombre de dos mujeres revolucionarias que lucharon por la Lucha de liberación de Kurdistán. Sarya y Baran son dos mujeres kurdas actoras y revolucionarias. Cuando se creó el NCM (Centro Cultural de Mesopotamia) de Estambul, ocuparon su lugar en el grupo de teatro Jiyana Nû.
El Teatro Sarya Baran es un grupo de teatro independiente cuyas actrices son todas mujeres. Es el primer grupo de teatro femenino del Kurdistán. No sólo las integrantes de este grupo son todas mujeres, sino que sus obras se basan en historias propias de mujeres y niños. La dirección del grupo, la ropa, el maquillaje y el vestuario, el decorado y la iluminación se preparan con las ideas y las manos de las mujeres. Cuatro mujeres fundaron el grupo tras seis meses de formación teatral. Sus primeras obras aparecieron con obras como «Jina Bi Tenê», «Diqîrim», «Aştî (di)Baskê Çûkê De Ye» y una obra infantil llamada «Diziya Bexçe».
El Teatro Sarya Baran se ha convertido en una escuela de teatro para mujeres. Han ganado los premios de » Mejor Directora » y » Mejor Actriz » en el Festival Martyr Yekta Herekolê de 2020. Sarya Golan, la fundadora del teatro, dice: «La mujer tiene una existencia, cómo interactúa en la vida, cómo ama, cómo se enfada, cómo crea y actúa, presenta toda su existencia y su lucha a la gente de forma estética». La actriz no está lejos de su vida, su lucha en la vida y el arte es la misma que la vida y la lucha».
Pargîn: análisis y conservación del patrimonio de Rojava del Centro de Pargîn en la región de Koceran / Rojava
Los estudios culturales en el norte y el este de Siria se han desarrollado rápidamente en los últimos dos años. El ambiente creado por la revolución se manifiesta en las melodías, las películas, las series de televisión y los estilos de vestir de la región. En el ámbito de los estudios culturales, se ha creado por primera vez una institución llamada «Pargîn» en la aldea Deşta Sûsê de Dêrik en el ámbito del Comité de Cultura y Arte. Pargîn significa cavar alrededor de las tiendas. Con este método, los objetos del interior de la tienda quedan protegidos del agua de la lluvia. Se le dio este nombre para preservar la cultura tradicional. Hace aproximadamente un año, 25 personas, en su mayoría koçers, empezaron a trabajar en la creación de Pargîn.
«Como parte del estudio de 5 meses, seleccionamos a personas con interés en la cultura. Especialmente desde que las mujeres se responsabilizan seriamente de la preservación de la cultura, el número de mujeres ha aumentado. Formamos a personas en técnica, investigación, cine y cultura. La cultura koçer sigue existiendo. Se puede investigar sobre ella. Es posible que en el futuro abramos sedes en distintos lugares. Esto se hace no sólo para el pueblo kurdo, sino también para los pueblos árabe y sirio. Tenemos un proyecto para que estas instituciones sean Kurdistani. Estaremos en contacto con todas las instituciones», dice uno de los fundadores de Pargin.
Rojda, que trabaja como camarógrafa en Pargîn, dice: «Actualmente estamos haciendo koçerî. Somos testigos vivos de la cultura. Mi madre se dedica a estudiar el folclore. Yo nací en el pueblo de Besta Sûsê. El koçerî forma parte de nuestra tradición familiar. Intentamos promover nuestra propia cultura. A medida que el capitalismo avanza, nuestra cultura se queda atrás. Nos estamos adelantando».
Kevana Zerin (Media Luna Dorada)
Es una de las instituciones culturales para el autorreconocimiento de las mujeres, el empoderamiento a través de la cultura y las artes en el norte y el este de Siria. Es un proyecto que nutre las tradiciones y les da nueva vida dando forma al futuro a partir de las fuertes raíces del pasado.
Kevana Zerin inició proyectos, creó comités, celebró conferencias y estableció muchos centros en el norte y el este de Siria. En estos centros se imparten cursos de educación cultural y artística y de desarrollo de la lengua y la literatura kurdas a las mujeres. El objetivo de estos cursos es enriquecer el mosaico de lenguas y culturas sirias a través del arte, para combatir y revitalizar la explotación capitalista del arte y la cultura.
Kevana Zerin está dirigida por una comunidad de mujeres jóvenes que han cambiado sus vidas y se han transformado a sí mismas durante el proceso de la revolución.
FUENTE: Jineolojî
Tomado de Kurdistán América Latina
https://desinformemonos.org/arte-revolucionario-y-economia-solidaria-en-rojava/
La nueva “coalición” de Boric, las reformas moderadas y la lucha por las demandas de octubre
Decíamos en una nota al momento que fue nombrado el primer gabinete de Boric, que “ampliar la base de apoyo” de Apruebo Dignidad se trataba en realidad de una nueva “coalición ampliada”, ahora junto al Concertacionismo “progresista” o el social-liberalismo representado en el PS, PDD, PR, partidos que gobernaron 20 de los últimos 30 años cuestionados en las calles.
Un viejo ideólogo concertacionista (Joaquín Brunner) la alabó como una “muestra de elemental realismo; de ser un gobierno de minoría pasa a ser, ahora, un gobierno de semi mayoría, a cambio de flexibilizar el purismo ideológico-programático.” Camila Vallejo en su primera entrevista ante El Mercurio señaló que se trata de un “gobierno de centro-izquierda”. A confesión de parte…
Con este cambio de naturaleza política del gobierno, Boric sumó cuatro partidos a la coalición, con Apruebo Dignidad quedando con la mitad del gabinete (mitad (5 CS, 2 RD, 1 Comunes, 3 PC, 1 FRVS) y el socialismo neoliberal que se dice “progresista” 7 carteras. Como muchos señalaron se trata del encuentro inicial de “dos mundos” que se podrían complementar, aunque también verán nacer probables agudas luchas intestinas en su seno. Los “hijos de la Concertación” si en un principio “mataron al padre” como señaló Tironi, el “perdón” del “padre” en segunda vuelta (con el apoyo incondicional de Lagos, Bachelet y casi todo el viejo mundo concertacionista) les llevaron a la “reconciliación”.
El final del eje histórico PS-DC, y el inicio de una nueva alianza Apruebo Dignidad (FA-PC) y “socialismo democrático” (PS, PPD, PR, PL) podrían marcar el inicio de un nuevo sector “liberal-progresista”, particularmente entre el FA y los ex concertacionistas. No casualmente el PC, si buen obtuvo la “vocería” con Camila Vallejo y el ministerio del trabajo y de ciencias, no quedó contento con la nueva coalición, sobre todo con el aterrizaje de varios ministros concertacionistas y en particular el neoliberal Mario Marcel en Hacienda.
¿Cómo cambia representación parlamentaria?
- AD por sí mismo tiene 37 diputados (24% de la Cámara) y 6 senadores (10%).
- El social-liberalismo concertacionista les agrega 28 diputados (13 PS, 4 PL, 7 PPD, 4 radicales) o sea 18% de la cámara; y 13 senadores o 26% del Senado (7 PS y 6 PPD).
- La ampliación de la coalición implica una duplicación de fuerzas en la Cámara de Diputados: pasa de 37 diputados a 65 diputados; y triplica en el Senado, de 6 senadores a 19.
- Esta “ampliación” de la base de apoyo si bien le modifica la relación de fuerzas parlamentaria, saliendo de la minoría aproximada del tercio en diputados y de mucho menos en el senado; implica sin embargo, negociar todo, y por tanto, hacer concesiones, primeramente a toda el ala conservadora y neoliberal de su propia coalición. O sea, cualquier proyecto de ley de reforma probablemente inicie ya amputado de cualquier medida más o menos radical.
- Y aun temiendo eso, no alcanza la mayoría. Esta se logra con 78 diputados y 26 senadores. En Diputados le faltan 13 votos para la mayoría y en el Senado 7 votos. Esto implica que para lograr mayoría en el Senado tendrá que negociar constantemente con la DC, que tiene 8 diputados y 5 senadores. O sea, más “moderación” a las reformas. Y también con el bloque de 6 diputados del Partido de la Gente que emergió con fuerza en el norte. En el Senado, aun considerando que a fuerza de concesiones logre el apoyo DC, aún le faltarían 2 votos de la Derecha para mayoría. Ni qué tenemos que decir lo que implica esos negocios para obtener votos derechistas.
- Este círculo de la relación de fuerzas parlamentaria, para lograr aprobar sus reformas, implica por tanto que aquellas que lleguen con mayoría como la reforma tributaria vendrán cuasi-mutiladas, completamente “moderadas” para caerles bien a las viejas fuerzas políticas burguesas, mismas que también ahora son parte del gobierno o fuera. Recordemos que fue un banquero quien señaló que él había sido el “padre de la guagua” (de la reforma tributaria de Bachelet) cuando la hicieron digerible al gran empresariado.
- Y no hablamos de las reformas más cualitativas, como algunos casos de indulto (donde ya el Concertacionismo lo mutiló en la negociación para dejar a cientos de muchachos presos o procesados) o para las AFP que requieren un quorum de 3/5 que implica un gran acuerdo amplio con la vieja concertación y la derecha.
- Estos “cálculos” que en su momento dejan tranquilo al gran empresariado, los medios de prensa y viejos partidos, de que vuelva la “democracia de los acuerdos” que predominó los últimos 30 años: el co-gobierno entre “progresistas” y derechistas.
Eso ya asegura que no se trata de grandes transformaciones radicales al modelo. ¿Habrá cambios? Sí, es probable. Pero será despojando cualquier aspecto más radicales para que sean reformas “digeribles” por el sistema y gradualmente. Un programa de “reformas al neoliberalismo” continuando el camino de Bachelet. De ahí la cuestión de la independencia frente al gobierno: mayor “cooptación” implicará más subordinación a estas negociaciones y moderaciones. De ahí también la necesidad de la movilización independiente: es la única forma de arrancar conquistas que respondan a los intereses populares y no a los negocios.
Está por verse la batalla que se libra en la Convención Constitucional ahora que se entran a tocar los temas de fondo, sin embargo ya ha iniciado la campaña empresarial, de viejos partidos e incluso del FA y el PS, de una “constitución moderada”, con derechos sociales pero “sobre la base de lo construido estos 30 años”.
La presión del mercado vendrá desde el PS al interior de la coalición, y por fuera, además del uso de la “opinión pública” o golpes de mercado que puedan hacer para eliminar o moderar reformas que no les gusten, la DC y la derecha aseguran que cualquier “acuerdo” para reformas no impliquen tocar sus intereses. La presión desde abajo vendrá de la calle y/o los movimientos, del impulso de masas por sus demandas inconclusas y por cambios radicales. Mantener la independencia y oposición a este gobierno y al sistema será clave para fortalecer las organizaciones y movilizaciones.
Las expectativas en Boric y la Convención son altas. Hay que llevar esas expectativas hacia las luchas. En las iniciativas populares de ley cientos de miles han firmado varias propuestas pero por el filtro anti-democrático de 15 mil firmas hasta ahora han pasado poco más de 30 de más de 6 mil presentadas. Este filtro no solo atenta contra cualquier deliberación popular (a diferencia de la derecha que hace campañas pagas y con miles de mecanismos comerciales facilita las firmas) cuestión que debería eliminarse; sino que además, so pena de quedar en la ilusión de que la Convención resuelva esos problemas (lejos de ello, la CC ha respetado casa una de las reglas del sistema, partiendo por los 2/3 y abandonar la liberación de los presos) deben ir en la perspectiva de las luchas, y de revitalizar la deliberación democrática de trabajadores, jóvenes, mujeres y pueblos originarios en asambleas, comités y coordinaciones. Hay que avanzar a un pliego único de demandas y un plan de lucha unificado, para reimpulsar la movilización independiente para conquistar todas las demandas irresueltas de octubre y luchar por una salida por izquierda desde las y los trabajadores.
Rebelión ha publicado este artículo