✦1) El Estado y nosotros …que lo quisimos tanto – Raúl Zibechi
✦2) Pueblos originarios | Los mayores como faro de sabiduría y memoria
✦3) Uruguay – CASINOS E INVERSIONES – X J .A. Rocca
✦4) El falso razonamiento de que Estados Unidos frustró una invasión de Ucrania
El Estado y nosotros …que lo quisimos tanto

Claramente en contra del sentimiento de Marx, que aborrecía a los Estados y aspiraba –quizá ingenuamente– a su extinción, la mayoría absoluta de sus herederos de facto, instalaron esa institución en el centro de sus sueños emancipatorios. De forma acrítica, la política de izquierda centrada en los Estados ignora que nunca han sido palancas para la transformación de las sociedades. Peor aún, las rebeldías se estrellaron una y otra vez contra sus muros, y el poder estatal consiguió, como señala Abdullah Öcalan, “pervertir al revolucionario más fiel”.
El dirigente kurdo, encarcelado y aislado por el Estado turco, hace balance de las luchas revolucionarias en el tiempo largo: “Ciento cincuenta años de heroica lucha se asfixiaron y volatilizaron en el torbellino del poder”. Es posible que muchas personas no se sientan sorprendidas por dicho aserto, pero debemos recordar que sigue siendo habitual considerar al Estado como el centro neurálgico de la emancipación.
Lo más curioso es que atravesamos una crisis civilizatoria, además de la crisis sistémica y ambiental evidentes, pero aún así se continúa confiando en el Estado, a pesar de formar parte de esas crisis. Me viene la imagen del Titanic. Cuando está naufragando, cuando ya es imposible evitar que se precipite hasta el fondo del mar, ¿qué sentido tiene ponerse a debatir cuál sería el mejor capitán para sustituir al responsable del desastre? La nave se escora peligrosamente y, sin embargo, la orquesta sigue haciendo sonar sus instrumentos, y lo que es peor, buena parte de la audiencia continúa escuchándola en vez de correr hacia los botes salvavidas.
¿Esperan algo extranatural? La verdad es que la inercia es una fuerza tan potente como demoledora, porque nos lleva a repetir la misma acción, una y otra vez, aunque nos haya llevado al fracaso en todas las ocasiones. ¿Por qué razón habríamos de tener éxito con recetas que ya probaron su invalidez?
Quiero abordar en las líneas que siguen, que la acción política estadocéntrica no conduce a ningún resultado positivo, desde tres miradas: la de la colonialidad del poder inspirada por Aníbal Quijano; la de los fracasos históricos; y el problema que representa la debilidad de una cultura política alternativa.
¿Refundar los Estados-nación?
En sus trabajos sobre la colonialidad del poder, Aníbal Quijano nos alerta que los Estados latinoamericanos fueron creados de modo muy diferente a los europeos. Mientras aquellos fueron, en la mayoría de los países, formados luego de la democratización relativa de las estructuras de poder, en este continente fueron una imposición sobre una sociedad cuyas mayorías sufrían opresión colonial: “El proceso de independencia de los Estados en América Latina sin la descolonización de la sociedad no pudo ser, no fue, un proceso hacia el desarrollo de Estados-nación modernos, sino una rearticulación de la colonialidad del poder sobre nuevas bases institucionales”1.
De ese modo, los nuevos Estados sirvieron a las minorías blancas propietarias de la tierra y la riqueza, en una relación social de carácter neocolonial que se impone sobre y contra las mayorías. Esta es la malformación congénita de los Estados latinoamericanos, que en el actual período de extractivismo/acumulación por despojo resulta cada vez más evidente.
Pero Quijano nos ofrece algunas pistas adicionales sobre el papel del Estado-nación en el pensamiento crítico, sin olvidar que se trata de una institución creada por el capitalismo y que juega un papel determinante en este sistema. “El lugar del capitalismo mundial fue ocupado por el Estado-nación y las relaciones entre Estados-nación, no sólo como unidad de análisis sino como el único enfoque válido de conocimiento sobre el capitalismo; no sólo en el liberalismo sino también en el llamado materialismo histórico, la más difundida y la más eurocéntrica de las vertientes derivadas de la heterogénea herencia de Marx”2.
En este punto, y a riesgo de ser un tanto tajante, creo que la herencia eurocéntrica ha llevado al pensamiento crítico a colocar al Estado-nación en el foco del análisis y de las soluciones a los problemas; por el contrario, los pueblos originarios y negros siguen apostando (incluso sorteando el control de sus dirigentes) por las comunidades y palenques como imaginario emancipatorio central.
Por lo anterior, debemos concluir que el Estado realmente existente es una pieza neocolonial, funcional a la acumulación por despojo, al modelo extractivo, a las locomotoras minero-energéticas y las grandes obras de infraestructura. Lo que resulta curioso es que exista toda una corriente política que, reconociendo la matriz colonial de nuestros Estados, apuesta a su “refundación”, como si fuera una herramienta que tanto vale para una cosa como para la contraria.
Creo que las experiencias reales y concretas de refundación han fracasado. No alcanza con poner una bandera o un nombre a una institución para que se modifiquen sus prácticas. Colocar el nombre “plurinacional” al lado de Estado, o izar la bandera histórica quechua llamada whipala al lado de la nacional, son gestos positivos e importantes, pero están muy lejos de modificar la institucionalidad.
Una historia de fracasos
A los fracasos de las revoluciones (rusa, china, vietnamita, y un largo etcétera), se suman las derrotas en los intentos de cambiar la realidad por parte de los progresismos y las izquierdas electorales.
Sobre lo sucedido con las revoluciones, sería necesario un análisis de largo aliento para explicar cómo desde el poder estatal no se ha hecho más que reproducir las jerarquías heredadas y crear otras nuevas. El control del aparato estatal ha permitido a quienes gestionan esa maquinaria, tomar decisiones y ocupar un lugar que les permite reproducirse como capa social, hasta convertirse con el paso del tiempo en una nueva clase social nacida en el seno del Estado.
Los detallados y completos trabajos de Charles Bettelheim (“Las luchas de clases en la URSS”), entre muchos otros estudios, echan luz sobre las condiciones para el nacimiento de una burguesía (o una nueva clase dominante) luego del triunfo de la revolución. Los partidarios de Mao Zedong, y el propio fundador de la China socialista, dedicaron estudios para explicar cómo en el seno del Partido/Estado fue surgiendo una camada con intereses propios separados de los obreros y campesinos. Sector que muy pronto se hizo con el poder absoluto, hasta el día de hoy, aunque se proclamen marxistas y comunistas.
En su trabajo “El estado de derecho como tiranía”, el boliviano Luis Tapia, focalizado en el análisis de la “refundación” del Estado a través de la plurinacionalidad, sostiene que la nueva Constitución reconoce formas de autogobierno a nivel municipal y autonomías indígenas locales, pero “reserva para la organización del poder ejecutivo y el resto del Estado los principios del derecho positivo moderno, sobre todo en sus versiones liberales”3.
En los hechos, la reconstrucción del Estado-nación a través de la “representación monopólica del pueblo” por un partido, el MAS, fue acotando y ahogando la posibilidad de que despegara el proyecto constitucional del Estado Plurinacional. Al controlar a la sociedad civil, se impide el despliegue de la acción colectiva autónoma, que es precisamente lo que busca cualquier Estado que pretende reproducirse separado y por encima del cuerpo social.
No se trata sólo de resistir
Uno de los grandes escollos que enfrenta la lucha emancipatoria, consiste en la debilidad e incluso inexistencia, de un imaginario anticapitalista radical y de una cultura política anti-estatista o no estadocéntrica. A mi modo de ver, esto se relaciona con la potencia del imaginario estatal en las izquierdas y en el pensamiento crítico, pero también con la colonización de nuestros imaginarios por la lógica eurocéntrica que nos lleva a pensar en términos de naciones: se piensa en hacer la revolución en Colombia o en Ecuador o en Argentina, y todo lo que no incluya a un país entero, con sus artificiales fronteras heredadas de la Colonia, suele invalidarse.
Semejante forma de razonar la he escuchado cuando se menciona la experiencia mapuche o zapatista, incluso de los pueblos originarios del Cauca, ya que se les reclaman “soluciones” o propuestas para todo un país.
Es evidente que cuando se imaginan cambios a esa escala, no puede haber otra alternativa que depositar las esperanzas en el gobierno de la nación. Por más que se haya demostrado hasta el cansancio el fracaso de tales opciones.
Pero hay una segunda cuestión que se relaciona con las herencias coloniales y patriarcales. Resulta muy difícil imaginar que los palenques o las comunidades puedan ser el centro de una política anti-capitalista. Espacios por ahora minoritarios (pero ya no marginales), donde prácticas como el trueque y los trabajos comunitarios (minga o tequio) modelan la vida cotidiana y donde nacen, o pueden nacer, formas de hacer política no caudillistas ni patriarcales que, lejos de reproducir el sistema, le ponen palos en la rueda.
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Para terminar, un dato que puede convencer a los más fervorosos partidarios del Estado: éste ha sido copado por el 1 por ciento más rico. Se lo apropiaron como el mejor camino para blindar sus privilegios, de modo que las principales instituciones (como la justicia y las fuerzas armadas), les obedecen porque ataron su futuro al de los privilegiados. Pero este es otro debate, urgente y dramático.
1 Aníbal Quijano, Cuestiones y horizontes, Clasco, Buenos Aires, 2014, p. 820.
2 Ibíd., p. 288.
3 Luis Tapia, El estado de derecho como tiranía, Cides-Umsa, La Paz, 2011, p. 197.
fuente: https://www.desdeabajo.info/colombia/item/44500-el-estado-y-nosotros-que-lo-quisimos-tanto.html
Pueblos originarios | Los mayores como faro de sabiduría y memoria
En las comunidades originarias, los mayores ocupan un rol de suma importancia. No por los años en sí, la vejez por la vejez misma, sino porque esos años han tallado la sabiduría que perdura en ellos y que es volcada a las generaciones venideras. Lejos de la idea de la desmemoria que supone la edad en el sistema social actual, son por el contrario quienes la conservan, acompañan las luchas, guían las ceremonias, otorgan los consejos que les da la autoridad de una palabra basada en la experiencia. Su rol es central, no solo para su familia, esa cuestión sanguínea tan arraigada al pensamiento occidental, sino para la comunidad toda.
Interesada especialmente en el rol de los ancianos y ancianas en comunidades y organizaciones ubicadas en contextos urbanos y peri urbanos, Valentina Stella, doctora en antropología e integrante del Grupo de Estudios sobre Memorias Alterizadas y Subordinadas (GEMAS), realizó su tesis de licenciatura y doctorado en la costa y valle de la provincia de Chubut con comunidades mapuche-tehuelche. En esa zona, el relato oficial se construyó históricamente a partir de la llegada de los galeses y su importancia en la región. “En este contexto, de ese discurso oficial y esa construcción de alteridades, se constituyeron estas comunidades”, explica Valentina y narra que, siendo por largos años invisibilizados, al principio fue muy difícil para ellas reconstruir sus memorias y sus identidades. “Lo mapuche-tehuelche era visto como algo del pasado. Además, eran comunidades urbanas, la mayoría compuesta por gente que migró desde las zonas rurales, expulsados de los campos a través de la pobreza, el corrimiento de los alambrados. Entonces, cuando empezaron a reconstruirse colectivamente, las abuelas y los abuelos ocuparon justamente el lugar más ponderado, donde la mayoría de los jóvenes se acercaba a saber de su historia, de la historia de sus abuelos”.
Marcados por el genocidio de sus pueblos, muchos necesitaron reconstruir sus genealogías parentales tras años de violencia, discriminación y un olvido impuesto sobre sus orígenes silenciados. “En este marco, lo que empezó a pasar es que estos abuelos y abuelas, que se encontraban en las ciudades, que se empezaron a reconocer como referentes, comenzaron a hablar, tenían conocimiento de la historia del pueblo, y se hicieron abuelos genéricos: todos los consideraban abuelas y abuelos aun cuando no tenían lazo de sangre”, dice Valentina sobre uno de los procesos que analiza en la tesis de doctorado: cómo el rol de estos mayores se tornó fundamental para la reconstrucción de las identidades en contextos urbanos y su importancia, aun cuando no sean parientes en términos más occidentales de consanguineidad.
El abuelo, la abuela. Aquel que guarda los conocimientos de su pueblo para ponerlos a disposición. El lugar de aquel que, lejos del mote tantas veces pergeñado de quien olvida, de quien ya poco tiene para decir, es en realidad un pilar fundamental. “Esta idea a la que estamos acostumbrados desde la lógica mas hegemónica de lo que se entiende por ancianidad o cuáles serían las características de las personas que entran en la categoría de tercera edad, en las comunidades es diferente, se toman en cuenta otras características: tienen mucho vivido, mucho para contar, han atravesado muchas situaciones. Eso hace que en algún momento se las empiece a considerar referentes importantes. Si lo ponemos en términos comparativos de cómo la cultura occidental considera la vejez, la característica es que en todo caso se pierde la memoria y en el pueblo mapuche es lo contrario, son quienes la tienen, quienes la guardan, las encargadas de trasmitirla de generación en generación”.
Aparece así esa sabiduría en términos también de conocimientos más epistemológicos y ontológicos del que generalmente son referentes. Personas que hablan la lengua, saben cómo actuar frente a determinadas situaciones, conocen las plantas medicinales (el lawen) o la interpretación de los peuma (sueños). Lo cierto es que en diferentes trayectorias la categoría de vejez va a tomar distintos sentidos. En el contexto del capitalismo, generalmente estamos habituados a mirar lo biológico, la utilidad y productividad que podemos ofrecer o dejar de ofrecer al sistema. “Es una etapa que algunos piensan como linda y otros no, porque tiene que ver con las interpelaciones de la vejez en estos contextos de la modernidad: esta idea de que empezamos a no servir tanto, a molestar, a ser un gasto, es algo de la lógica de cómo se fue constituyendo esta noción de la tercera edad. Ojalá podamos repensar esas ideas que nos interpelan”.
Todo está guardado en la memoria
“La memoria es una parte esencial en la identidad de un pueblo. Un pueblo sin memoria deja de ser un pueblo”, dice Laura Méndez, integrante de Pueblo Coya-Omaguaca, licenciada en Comunicación Social y docente. Es en ese sentido que el trabajo realizado y reunido en el libro Nuestra Historia Oral, una producción del Taller de Historia Oral –integrante de los Talleres Libres de Artes y Artesanías con sede en Tilcara, perteneciente al Departamento de Educación Artística del Ministerio de Educación en la provincia de Jujuy– en articulación con el Centro de Jubilados y Pensionados de Huacalera, cobra todavía más fuerza: el registro logra conservar y extender esa memoria a través de testimonios orales, cuentos y relatos.

“La memoria de los pueblos originarios tiene que ver con una identidad milenaria que habla de los pueblos ancestrales, de los pueblos que tienen la preexistencia étnica y cultural que menciona la Constitución Nacional en el artículo 75 inciso 17”, continúa y señala que, justamente, esa memoria colectiva se vio amenazada con los procesos de educación que se propusieron una estrategia europeísta, que no tuvo en cuenta la cultura y la identidad indígena. De hecho, bajo esa concepción no se les permitió a las comunidades hablar su propia lengua. “Eso atentó contra la memoria de los pueblos originarios. Incluso la construcción que se hizo del indígena fue una construcción negativa, del salvaje, del incivilizado”.
Lenguas como el quechua, el guaraní el runasimi, tan propios de la identidad de la zona se fueron diluyendo, olvidando, y algunas prácticas culturales dejaron de tener sentido para las nuevas generaciones. Es por eso que el rescate que se propuso hacer Laura desde el Taller de Historia Oral del que está a cargo en el departamento de Tilcara es un gran aporte: desde su lugar empezó a articular con los centros de jubilados de la región, anclando para este trabajo en Huacalera, territorio donde empezó con los registros de testimonios orales y relatos, sobre todo de mujeres mayores que recuerdan sus infancias, sus vidas y trayectos. “Ese trabajo me permitió organizar por distintos capítulos los saberes culturales de los adultos mayores que hacen a la identidad de la Quebrada de Humahuaca”.

A través de entrevistas, clases de intercambio de saberes, paseos de estudios, comenzó una labor con eje en el valor de la memoria colectiva de los mayores. “Ellos son los poseedores de saberes tradicionales, son nuestras bibliotecas andantes donde nos comparten sus modos de ver el pasado y de resignificarlo según sus historias de vida. Estos testimonios muchas veces desconocidos, perdidos en el anonimato, ahora se visibilizan”, dice Laura en la introducción que abre el libro. “Los adultos mayores, abuelos y abuelas, comparten ideas, sentimientos, anhelos, situaciones laborales, injusticias, estas voces de experiencias de vida quedan plasmados en esta publicación. Estos modos de configurar la realidad vivida, resignificada, tiene relación directa con el sentido de identidad propia de los pueblos originarios”, completa.
Así, aparecen a lo largo de los capítulos los modos de habla con los regionalismos, términos en quechua, topónimos, dialectos propios de la región. “En esta publicación la oralidad fue convertida en escritura, consideramos que es importante el aporte que hacen nuestros mayores, porque nos interpela a comprender las experiencias vividas en primera persona, con sus testimonios y formas propias de expresión, y estas vivencias son parte de la Historia de la Quebrada de Humahuaca”.

Dentro de los capítulos aparece el registro de diversas coplas y también los cuentos antiguos, con enseñanzas y reflexiones como legado: el respeto al cerro, a los ojos de agua, a los lugares sagrados. “Se refleja cómo ha sido para muchas mujeres la vida en el campo, cuando no podían ir a la escuela y hacían solo primero y segundo grado, ya que se quedaban haciendo labores con la familia”, detalla Laura sobre el trabajo. También aparece la memoria de aquellos que han sido despojados de sus tierras y las vivencias en esa peregrinación y cómo se van trasmitiendo los distintos saberes y prácticas que hacen a la cultura de los pueblos originaros: las formas de curar, de hacer las comidas tradicionales. “Las mujeres han sostenido todas estas prácticas de lo que es la pacha mama, la preparación de la comida antigua, las ceremonias, la medicina, los tejidos, los tintes de las plantas. Los mayores saben mucho y van trasmitiendo a los jóvenes esos saberes. Hay hacia ellos una valoración muy grande”, dice.
Le parece ajena la idea de las residencias como posible lugar para un mayor. “En las comunidades generalmente viven con la familia y son autoridades de la casa, aconsejan. Es otra relación que se entreteje con los mayores, son los guías, los que saben. Es bueno tener un adulto mayor, un abuelo sabio. Y es muy doloroso ver partir a las abuelas, no solo en lo familiar, en la casa, sino en la comunidad. Son las que dan los consejos, los que orientan nuestras formas de lucha, las que nos dan fuerza a las nuevas generaciones para seguir defendiendo la cultura. Fortalecen las identidades nuestras como pueblos originarios”.
Laura lamenta las grandes pérdidas que se llevó la pandemia, la partida de muchos abuelos y abuelas de pueblos originarios de estos territorios. “Duele mucho, pero lo que nos han dejado hace que podamos sostener la memoria colectiva”. El trabajo realizado busca de algún modo seguir ese hilo que se teje con los relatos orales que hoy toman forma en palabras que bordan los papeles con nuevos registros y, aunque la partida, lo cierto es que dejaron su rastro como un camino de estrellas que no pierde su conexión con los que quedan.

Desde Ingeniero Jacobacci, localidad rionegrina, Agripina Nahuelcheo, actual coordinadora de la Casa de Justicia en esta ciudad, con pertenencia étnica al Pueblo Mapuche, también señala el valor los mayores y menciona la importancia de las ceremonias (trawun) conducidas por los ancianos y ancianas como espacios de conocimiento. “Esas reuniones son una escuela para nosotros, ahí se trasmiten a todas las generaciones los cuentos, las formas de vivir, la forma como pensaban antes los ancianos”. También recuerda que a medida que las comunidades fueron despertando, principalmente después del 2000, los jóvenes comenzaron a recuperar el conocimiento ancestral, a volver a hablar la lengua, y que eran los mayores los que tenían ese saber. “De alguna manera los ancianos han sostenido el territorio, en muchos casos viviendo en esos lugares. Ellos siempre han hecho hincapié en todo lo que se ha perdido en generaciones anteriores. Muchas familias se desmembraron, algunas personas tuvieron que irse a la ciudad y otros han quedado en el territorio. Hoy ya hay jóvenes que han regresado a los lugares de sus ancestros, recuperando ese saber y esos territorios”.
Eso es algo que anhela Irma Maliqueo, volver al territorio de sus ancestros en Valle del Chalhuaco, de donde fueron desalojados. Lleva una vida de trabajo en la ciudad, que no le dejó ni un aporte jubilatorio, y solo quiere volver a donde pertenece y cultivar la tierra. “Cuando vuelva al territorio me voy a quedar más tranquila, voy a poder reafirmar lo que fue de ellos”. Habla de sus abuelos, de toda una generación que habitó esas tierras. Interpelada por el rol de los mayores dirá: “Son muy pocos los que están quedando y tratan de acompañarnos, de decirnos cómo se hacen las cosas, a nosotros, que no hace tantos años que pudimos decir que éramos mapuches. Gracias a ellos estamos volviendo a recuperar lo que habíamos perdido, siempre estamos abocados a ellos que son la lengua viva”.

Acompañados por estos mayores es que han vuelto a practicar ceremonias como las del Wiñoy Tripanpu (año nuevo mapuche) que se celebra en junio. “Ellos nos guían y nosotros estamos siempre atentos a escuchar, a ser respetuosos. La sabiduría que tienen es muy amplia, son los guardianes de nuestra cultura y hoy estamos tratando de poder hacer algo de lo que nos están enseñando para que no se pierda del todo. En algún momento pensamos que estaba perdido pero no: hubo un despertar y ahí estamos tratando de seguir, guiando también a los hijos, a los nietos”. Irma cuenta también del proceso de los más jóvenes, que vuelven a aprender el mapuzungun (el idioma mapuche) y lo comparten. Las semillas encuentran su tierra. “El pueblo mapuche está floreciendo”, dice y con humildad señala que ella también está aprendiendo. “Con el tiempo empezás a recodar cosas. Mis abuelos mucho no nos hablaban, no querían que escuchemos lo que decían. Cuando una vez le pregunté a mi abuelita por qué, ella me dijo que no quería que sufriéramos lo que sufrieron ellos. Ahora vivo rodeada de mis nietos, que siempre quieren aprender algo más, y yo me voy acordando”. Hoy dice que añora volver a la tierra de sus abuelos, a la naturaleza “donde lo que sembrás, la tierra misma te lo devuelve”.
Consultada por el rol de los mayores en las comunidades, Ana Ramos, doctora y Licenciada en Antropología Social y Magíster en Análisis del Discurso por la Universidad de Buenos Aires, aclara de antemano que no se puede generalizar, ya que estamos hablando de un pueblo muy diverso y heterogéneo. Sin embargo, se anima a señalar que se puede interpretar un aspecto a partir de los protocolos de la etiqueta mapuche, de ciertas formas de comportarse que son las que se esperan, aunque hay muchas formas de ser abuelo.

durante uno de los encuentros de la comunidad. Foto Marcela Aguirre
“En esas formas, si una abuela llega a un parlamento, se le va a dar una silla, se van a preocupar para que no pase frio, que esté bien atendida. A una abuela o abuelo jamás se los interrumpe cuando toman la palabra, se los escucha hasta que finalizan. Hay muchos protocolos que estarían indicando eso, el cuidado hacia ellos, el respeto. Por otra parte, hay distintos procesos de devenir abuelo y abuela, una idea que está dando cuenta de una relación”. Así, explica que hay un énfasis distinto a la hora de analizar la relación que da la categoría de abuelo y el proceso de devenir en anciano, para lo cual no hay una exactitud etaria. Tiene más que ver con ciertos comportamientos, actitudes, formas de relacionarse, legitimaciones.
Por ejemplo, algunas mujeres no son mayores en términos etarios o de lo que comúnmente se considera una persona mayor, pero asumen y funcionan en ese rol porque se posicionan para dar consejos, sacar palabras sabias, y se la va a reconocer en ese lugar. “Es un rol que no tiene que ver específicamente con la edad. Pero sí sucede en general que los ancianos y las ancianas son las personas en las que se deposita cierto estatus de conocimiento, de la experiencia, de la sabiduría, de tener buenas palabras, como dicen”.
Quizás de forma distinta a lo que se ve en otras sociedades, el lugar de anciano es un lugar de prestigio al que se espera llegar. Y su rol, en estos años de reconstrucción de saberes, de conocimientos, filosofías, formas de relacionarse con los territorios, con otros modelos de convivencia con la naturaleza, constituyen figuras imprescindibles que guían en esta otra concepción que establece reciprocidades con los ngen (espíritus) del río, de los bosques, de los animales, de una vida en convivencia con la naturaleza. Son ellos los que tiene a cargo las ceremonias, los que saben qué hacer frente a ciertas circunstancias o señales de la naturaleza.
Así también, los jóvenes para encarar un proyecto nuevo, consultan, respetan la palabra, esperan lo que sea necesario. “El pueblo mapuche es heterogéneo y las trayectorias son muy diversas, las formas de ser abuelo son distintas, pero se supone que para ser esa persona sabia se ha pasado ciertas etapas de conocimiento, espirituales, de la vida. La memoria para el pueblo mapuche es conversación: yo te cuento algo y vos lo conectás con tus experiencias. Una persona anciana tiene muchas conversaciones y en ese sentido, mucha experiencia”.
Ana también pone en consideración el proceso histórico actual: “Algo que siempre me conmueve es cómo los ancianos y las ancianas de las comunidades acompañan los distintos procesos de lucha que se dan en estos tiempos. Están ahí presentes en todas las circunstancias, cuidando a los más jóvenes, aunque es un rol muy anónimo. Qué hermosa manera de pensar la ancianidad, porque ni siquiera es por beneficio propio, es como legado, generosidad para los que vienen”.
Quizás más tarde se conviertan en antiguos, aquellos que ya partieron, pero que siguen guiando a las nuevas generaciones en este puente invisible que nada puede romper.
CASINOS E INVERSIONES.
Desde hace más de medio siglo, las propuestas de las conducciones económicas en Uruguay apuestan indiscriminadamente a todo tipo de inversiones extranjeras como supuesto motor de la actividadad.
Ni hablar de estrategias, ni planificaciones que interfieran de manera efectiva en las decisiones del “dios mercado”. Desde los oficialismos son condenadas las herejías excepto las que benefician a grandes capitales.
Los frutos están a la vista. La mayor parte del territorio, sus frutos y encadenamientos derivados en manos de grandes grupos transnacionales, industrias, comercios, logística, finanzas concentrados y extranjerizados. Riquezas generadas en el país, apropiadas desde países centrales por los más diversos canales.
Deudas públicas y privadas, profusión de zonas francas, desigualdades crecientes, acompañaron los procesos.
Crisis períodicas han sacudido la evolución del país. Enormes subsidios beneficiaron a grandes capitales y los costos invariablemente ha recaído sobre los trabajadores.
En este recorrido el gobierno multicolor redobla la apuesta al ingreso de fondos del exterior y su adicción a los mandatos del Consenso de Washington y de los acreedores de la deuda pública.
El escenario mundial y local es más complejo aún que el vigente en los sesenta y los noventa. La estrategia de grandes jugadores a escala planetaria ha variado.
Si bien bajas tasas de interés en Estados Unidos y Europa fomentan fondos buitres y transferencias financieras al sur en procura de rápidas ganancias, los contextos comerciales y políticos dificultan la localización de eslabones de cadenas productivas en el exterior.
Costos de fletes, pandemias, limitan el tránsito internacional. Por otra parte el proteccionismo se acentúa en Estados Unidos y Europa.
Además en Uruguay los negocios más apetecibles para los grupos transnacionales ya han sido absorbidos. Ejemplos de inversiones abortadas abundan en el último quinquenio.
Desde ignotos capitales para extraer minerales de Valentines, y exportarlos mediante un mineroducto, hasta intentos de encontrar petróleo, han gozado del máximo apoyo del Estado sin mayor éxito.
Los regalos e impunidad otorgados a UPM van quedando como la perla de la corona. Construcción de la planta, vías férreas brindan aire provisorio a un “modelo” que se agota.
Las ofertas del gobierno en su búsqueda de “inversores” del exterior se tornan patéticas. La entrega de la playa de contenedores, aeropuertos y la promoción de casinos con hoteles no auguran dinámicas importantes. Poca cosa, para esperar que se “llene la copa” y derrame para el pueblo o que los “malla oro” empujen al pelotón sería eterna.
La “danza con lobos marinos” en Punta del Este, los supuestos filántropos que van a comprar y regalar islas en el río Uruguay, son algunos de los cantos de sirena oficiales poco melodiosos y de escasa sonoridad. La inversión en Casino San Rafael amenaza convertirse en un fiasco.
Paralelamente el gobierno desmantela al sector público, toma medidas que reducen el mercado local y desprecia la autogestión y soberanía alimentaria.
El horizonte no presenta buenas señales a la economía uruguaya en este sendero. Como en tantos ejemplos de América latina, el camino del neoliberalismo en sus variantes más o menos ortodoxas, conduce a un despeñadero para los intereses populares.
GOTITAS DE ECONOMIA
- La temporada de turismo se desarrolla en Uruguay con muy escaso ingreso de extranjeros. Inflación en dólares que ha convertido al país en uno de los más caros de la región, fenomenal rebrote del corona virus, atentan contra la zafra de verano.
- Después de sucesivas prolongaciones de la culminción de plazos, el empresario Cipriani envió “sobre la hora” a uno de sus abogados para firmar el contrato de las obras en el hotel casino San Rafael. Falta “solo” que pague la garantía e ingrese capitales. Se escuchan apuestas.
- El gobierno argentino llegó a un acuerdo con el FMI para renegociar plazos de la deuda de 44000 millones de dólares con el organismo generada en el gobierno de Macri. El organismo no se hace responsable de sus ilegalidades y horrores en su apoyo político al ex mandatario.
- Una de las condiciones es el pago inmediato de amortizaciones e intereses por 1100 millones de dólares. Además la futura reducción del déficit fiscal. ¿Quien pagará el costo de los ajustes?
- La empresa española Repsol, provocó un derrame de petróleo en las costas de Perú. El medio ambiente, los pescadores y pobladores de la zona sufren las consecuencias del desastre. Los responsables procuran “sacar la pata del lazo” con excusas y mentiras.
- El comercio entre China y América latina y Caribe creció 41.1% en 2021 respecto al año pre cedente y se ubicó en el máximo histórico. Las exportaciones desde China los hicieron 52% y las importaciones 31%. (Datos Xinhua Hebdomadario económico)
- El IPC en Estados Unidos incrementó 7% entre diciembre de 2021 y el mismo mes del año anterior. El mayor registro desde 1982. Las especulaciones giran en torno a futuros aumentos de la tasa de interés para intentar fortalecer el dólar.
Caitlin Johnstone
En noviembre, The Military Times publicó una afirmación de la inteligencia ucraniana , que fue recogida y repetida por muchas otras publicaciones importantes, alegando que Rusia iba a invadir Ucrania a finales de enero.
Luego, a fines de enero, cuando el calendario desacreditó el titular incendiario de The Military Times “Rusia preparándose para atacar Ucrania a fines de enero”, ese mismo medio publicó una historia mucho menos viral con el titular “Rusia aún no está lista para un ataque a gran escala, dice Ucrania”.
Ahora aquí, a principios de febrero, la prensa de Murdoch ha publicado un tipo de artículo que probablemente veremos más en los próximos días afirmando que Rusia no ha invadido porque Estados Unidos y sus aliados han “arruinado” los planes de Moscú diciéndoles a todos: viene la invasión.
En un artículo titulado “Tensiones entre Ucrania y Rusia: los planes de Moscú se ‘arruinaron’ después de que EEUU y Gran Bretaña anuncian una posible invasión”, la ministra de defensa de Ucrania, Hanna Maliar, dice a Sky News que Putin aún no ha invadido porque su complot asesino fue frustrado por una valiente banda de estados imperiales a quienes no se les pudo impedir decir la verdad.
“Es importante entender que cuando nosotros o nuestros socios occidentales alertamos sobre la fecha de la posible invasión, terminamos arruinando esos planes”, dijo Maliar a Sky News. “Desde que las fechas se hicieron públicas, ya son planes arruinados, no pasará nada en estos días. Pero el peligro aún existe”.
En el mismo artículo, se le preguntó al ministro de Información de Ucrania, Oleksandr Tkachenko, si creía que Rusia ya habría invadido si no fuera por todo el rumor occidental de un ataque inminente, a lo que respondió: “Como un ladrón típico, si no ve defensa, o al menos no ve que se hable de eso, actuaría.”
En ningún momento en el artículo se considera la posibilidad de una explicación mucho más simple para que la invasión rusa desapareciese de la escena: que Rusia nunca tuvo la intención de invadir .
Esa posibilidad simplemente se pasa por alto a favor del escenario aparentemente mucho menos probable, de que el gobierno ruso pensó que podría orquestar una invasión masiva sin que nadie dijese nada al respecto, y se vio obligado a abandonar sus planes, decepcionado, cuando esa apuesta sin sentido no dio resultado.
Y ahora ya tenemos medios occidentales que publican otras afirmaciones militares ucranianas de que la verdadera invasión se producirá el 20 de febrero.
“El 20 de febrero se señala como una posible fecha de inicio para la invasión: ahí es cuando terminan los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing, y el presidente Putin, de 69 años, ansioso por cortejar a los chinos, puede que no desee empañar el evento”, escribió The Times a finales de enero de este año.
A medida que el 20 de febrero llega y se va, sin una invasión, y las predicciones de operaciones de bandera falsa y golpes respaldados por el Kremlin no se cumplen, es probable que veamos más manipulaciones de este tipo en los medios occidentales que afirman que esas cosas no sucedieron debido a las medidas que fueron tomadas por Estados Unidos y sus aliados para impedirlo.
Puede usarse para ganar puntos políticos al afirmar que Joe Biden “evitó” una invasión de Ucrania con su disposición a enfrentarse a Putin vertiendo armas en Ucrania y enviando tropas a Europa del Este.
Estas afirmaciones se basarán completamente en un razonamiento engañoso.
La naturaleza falaz de la narrativa de que las potencias occidentales están frustrando los complots diabólicos del Kremlin con sus agresiones de la guerra fría se ilustra mejor en este breve videoclip de Los Simpson en el que Homero cree que los osos están siendo mantenidos fuera de una zona -generalmente libre de osos- por la recientemente inventada “Patrulla de Osos”.
“¡Ah, ni un oso a la vista! La Patrulla del Oso debe estar funcionando a las mil maravillas”, dice Homero.
“Ese es un razonamiento engañoso, papá”, responde Lisa, recogiendo una piedra del suelo. “Según tu lógica, yo podría afirmar que esta roca mantiene alejados a los tigres”.
“Oh, ¿cómo funciona?” pregunta su padre.
“No funciona”, dice Lisa. “Es sólo una estúpida piedra. Pero no veo ningún tigre por aquí, ¿y tú?”
En ese momento, Homero se ofrece a comprarle la roca a Lisa, porque es un total idiota.
La falacia lógica que ha afectado tanto a Homero Simpson como a quienes afirman que la alianza de poder de Estados Unidos está impidiendo una invasión rusa de Ucrania se conoce como cum hoc, ergo propter hoc (“es con esto, por lo tanto debido a esto”), que es la falacia de que una correlación implica causalidad.
Es cuando alguien presenta la afirmación de que debido a que dos cosas sucedieron al mismo tiempo (o no sucedieron, como en los ejemplos que estamos viendo aquí), una debe haber causado la otra. La patrulla de osos de Homero mantuvo alejados a los osos. La roca anti-tigre de Lisa mantuvo alejados a los tigres. Los gritos de Occidente sobre una inminente invasión rusa mantuvieron alejados a los invasores rusos.
Alternativamente, es posible que no hubiera osos o tigres amenazando las calles de Springfield, y que no hubiera ningún oso ruso amenazando con invadir Ucrania. Que todo esto fue una narrativa utilizada para intensificar las escaladas de la guerra fría, mover un inventario militar costoso, fabricar el consenso global de que Putin es una amenaza similar a Hitler que debe ser controlada agresivamente en todo momento por todas las naciones, o potencialmente, Dios no lo quiera, hacer el trabajo preliminar para las agresiones de las potencias de EE.UU./Ucrania/OTAN.
Independientemente de cómo se desarrolle esto, es una apuesta segura que la retórica no tendrá un sonido más lógico en el corto plazo. Así que ten a mano el video de los Simpson.*
Caitlin Johnstone es una periodista rebelde, poeta y preparadora de utopías que publica regularmente en Medium .
Fuente: Consortium News
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