Revista ALTERNATIVAS-⭐- 17/02/2022

☪1) Volver a tejernos y movilizarnos  Raúl Zibechi

☪2) Argentina. Más sobre deuda y fuga de capitales  –  Por Rolando Astarita

☪3) La izquierda domina la cultura, pero el mundo sigue siendo de los bancos

☪4) Chilenos exigen cierre de fronteras en protestas por crisis migratoria

 

 

Volver a tejernos y movilizarnos

Raúl Zibechi

En muchos rincones del continente se multiplican encuentros de colectivos autónomos y comunitarios, dejando atrás los momentos más duros del aislamiento, dispuestos a reencontrase y moverse otra vez para romper el aislamiento y seguir resistiendo los megaproyectos de muerte.

La Teia dos Povos (Red de Pueblos) de Brasil realiza en marzo un encuentro estatal en Rio Grande del Sur, donde pueblos originarios vienen recuperando tierras para asegurar la sobrevivencia de las comunidades. La convocatoria de la 1ª Jornada de Agroecología de ese estado, señala: “Sin la territorialización de las comunidades indígenas, campesinas, quilombolas y tradicionales es imposible tener una vida digna y que podamos vencer los dos principales desafíos que tenemos los de abajo: el hambre y el ecocidio que afecta a la tierra toda”.

La Teia tenia prevista su 7ª Jornada Nacional de Agroecología en Bahia, un gran encuentro nacional que organizan desde 2013, pero las grandes inundaciones que afectaron a ese estado, hicieron imposible el encuentro por el enorme daño que sufrieron las comunidades. Sin embargo, pusieron en marcha jornadas de solidaridad y ayuda mutua (mutirões solidarios) en los que volvieron a cultivar maíz, frijoles, bananos y los cultivos que había perdido por las inundaciones.

La Red Trashumante de Argentina vuelve a realizar encuentros presenciales, como tantos otros movimientos que han sido duramente golpeados por el aislamiento de la pandemia y por las políticas de cooptación del gobierno progresista. Se trata de un campamento nacional que es un primer paso para retomar los trabajos más allá de lo local, que se han mantenido durante estos meses.

También se está comenzando a tejer una red de colectivos autónomos, que empieza a dar sus primeros pasos para retomar la política de autonomía que se ha desgastado mucho en estos tiempos. Pequeños avances en momentos en los cuales arrecian las movilizaciones contra el acuerdo que firmó el gobierno con el FMI y contra los nuevos y viejos emprendimientos extractivos.

En Colombia se realizarán en marzo los primeros encuentros directos de la Alianza de Medios Independientes (AMI), conformada por cuatro colectivos de comunicación colombianos (Desde Abajo, Contagio Radio, Canal 2 de Cali y Kavilando), en la que también participa Desinformémonos. La alianza surgió en medio de la rebelión popular lanzada el 28 de abril, tuvo un punto alto en el seguimiento de las movilizaciones en Cali y en otras ciudades, y ahora se propone incluir a más medios alternativos y críticos.

También en Uruguay se realizan encuentros de comunidades entre febrero y abril, retomando una práctica de encuentros de abajo que había quedado suspendida durante la pandemia.

En este breve y muy incompleto resumen, quizá el logro mayor haya sido el “Encuentro nacional contra gasoductos y proyectos de muerte”, realizado el 15 y 16 de enero en Altepelmecalli, la antigua fábrica Bonafont recuperada por los habitantes de 22 comunidades organizados como Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y de los Volcanes, en Puebla. Más de 15 movimientos del país se reunieron y pronunciaron contra el “decreto presidencial del 22 de noviembre de 2021” que legaliza el despojo y la imposición de megaproyectos.

Para conmemorar el aniversario de la clausura del pozo que les robaba el agua, las organizaciones que luchan contra hidroeléctricas, gasoductos y la extracción de agua y minerales, anunciaron una “Caravana de los pueblos por la vida y contra megaproyectos”, que partirá el 22 de marzo y llegará el 22 de abril al istmo de Tehuantepec, donde confraternizarán con los pueblos que resisten megaproyectos.

Como señalaron los zapatistas a convocar la Gira por la Vida, en octubre de 2020: “Que es tiempo de nuevo para que bailen los corazones, y que no sean ni su música ni sus pasos, los del lamento y la resignación”.

En eso están los pueblos, comunidades y colectivos que buscan recomponer las resistencias, sabiendo que si no nos movilizamos ellos siguen avanzando con sus proyectos de muerte.

Raúl Zibechi

Periodista y educador popular uruguayo ; acompañante de las luchas de los pueblos de América Latina.

Argentina. Más sobre deuda y fuga de capitales

No hay forma de superar las causas de fondo de una crisis cambiaria y financiera –causas que se vinculan, en última instancia, con la productividad relativa de la economía y sus posibilidades de insertarse en el mercado mundial- con meras ingenierías financieras, o confiando en especialistas “en negociación de deudas” y sus “sarasas” vacías de contenido

Por Rolando Astarita

¿Es posible determinar cuánto de la deuda contraída por el gobierno de Macri se destinó a financiar fuga de capitales, y cuánto a pagar la deuda anterior?

El tema presenta interés por dos razones principales. Por un lado, porque nos lleva a ahondar en los mecanismos que desembocan en las crisis recurrentes en la balanza de pagos y en el endeudamiento creciente. Y por otra parte, y más importante, porque varias de las estimaciones sobre fuga de capitales y su financiamiento enlazan con la defensa que hacen los economistas de Cambiemos de lo actuado por su gobierno. En sustancia, vienen a decir “hicimos bien porque tomamos deuda con el FMI para pagar deuda anterior que no era con el FMI”. Pero es esta política la que debe ser cuestionada. Es que no hay forma de financiar déficits y pasivos crecientes aumentando indefinidamente el stock de deuda. Una cuestión que surge con claridad cuando se analizan las cuentas externas, que reflejan las condiciones en que un espacio de valor “nacional” conecta con el mercado mundial.

Para ver la cuestión, empecemos con un ejemplo teórico. Supongamos que entra un capital de US$ 100 para colocarse en $ (moneda nacional) en un plazo fijo al 10%. Las reservas aumentan pues en US$ 100, y el Banco Central emite en contrapartida $. Si el tipo de cambio es $10/US$, emite $1.000, que van al plazo fijo. A su vencimiento ese capital es $1100. Si el tipo de cambio es $10,5/US$, la ganancia en dólares habrá sido del 4,8%. Si el inversor se retira, el Central deberá entregarle US$ 104,8. De manera que el Central pierde los US$ 100 que había recibido y US$ 4,8 adicionales. Por eso, si el Central pretendía superar, en un contexto de déficit de cuenta corriente, alguna escasez de reservas internacionales vía entrada de inversiones de cartera, la medida fue de corto alcance. Es que la salida de US$104,8 de nuestro ejemplo debe ser financiada con entrada de otras inversiones de carteras, o inversiones directas, préstamos bancarios (dado el déficit de cuenta corriente). Todo lo cual es sinónimo de aumento de los pasivos. Y caso contrario, habrá caída de reservas (caída del activo).

Naturalmente, en la medida en que siga habiendo una diferencia positiva entre la tasa de interés local y la tasa de depreciación de la moneda, los capitales financieros pueden seguir entrando y el Central podrá conservar sus reservas, o aumentarlas, incluso con el déficit en la cuenta corriente. Sin embargo, esa mecánica es altamente peligrosa, como lo demuestran las muchas historias de países dependientes: cuando los capitales financieros advierten que las necesidades de financiamiento llegan a niveles críticos, comienzan la disparada. ¿Qué sentido tiene entonces reivindicar el tomar deuda creciente para pagar una deuda que tampoco deja de crecer? Pero esto es lo que hizo Cambiemos y parecen reivindicar sus economistas.

Por eso, si ante el estallido de una corrida cambiaria el Gobierno o el Central toman préstamos, estos son más bien la consecuencia que la causa de la crisis. Además, si los mismos se utilizan para parar la corrida, financian de hecho la salida de los fondos, así como de inversores “criollos” que se van al dólar. La alternativa es que los préstamos no sean utilizados para intervenir en el mercado cambiario. Pero en ese caso habrá peligro de una mega devaluación de la moneda y una disparada a la hiperinflación (más crisis bancaria y derrumbe económico). ¿O alguien piensa que con solo exhibir reservas prestadas se revierte una crisis cambiaria de proporciones? No hay forma de evitar el desastre con maniobras de última hora. Por eso, el problema no es en qué se emplea un préstamo una vez estallada la crisis y la salida violenta de los capitales, sino la dinámica de financiamiento “Ponzi” –se pagan deuda e intereses tomando deuda a intereses cada vez más elevados- que termina en desvalorizaciones masivas de activos y hundimientos económicos catastróficos. En esas coyunturas, además, es casi imposible determinar cuánto de un préstamo financia salida de capitales y cuánto demandas de acreedores.

Dos ejemplos de los tiempos macristas

El primero es lo ocurrido entre 2016 y 2017, años de fuerte y creciente déficit en la cuenta corriente. El gobierno y el BCRA tomaron entonces deuda con inversores especulativos (en su mayoría, grandes fondos de inversión). En consecuencia el pasivo del BCRA por inversión de cartera pasó de cero en 2015 a 5209 millones de dólares en 2017-IV; y el pasivo del Gobierno General, también por inversión de cartera, aumentó de 73.842 millones de dólares en 2015 a 107.585 millones en 2017-IV. De conjunto, un aumento de 39.000 millones de dólares por deudas de cartera en dos años.

Una parte de estos fondos incrementaron las reservas del Central. En 2015 se ubicaban en 25.500 millones de dólares, y a finales de 2017 sumaban 55.055 millones. Asimismo, permitieron financiar parte, al menos, del déficit de cuenta corriente. Pero además, incluso en esos años hubo salida de capitales: el stock (activo) de inversión de monedas y depósitos en moneda extranjera pasó de 154.472 millones de dólares en 2015 a 168.375 millones en 2017-IV. Un aumento neto de 14.000 millones en solo dos años. ¿Cómo es que los economistas de Cambiemos dicen que no tomaron deuda que sirvió para financiar salidas de capitales? Y a lo anterior hay que sumar el negativo neto (o sea, salida) de 3.505 millones de dólares en 2016 y 5.981 millones en 2017 por las rentas de las inversiones de cartera. Inversiones que, como dijimos, el Gobierno alentaba manteniendo elevados diferenciales de tasas de interés (y el tipo de cambio “retrasado”) y servían, en buena medida, para financiar nuevas bicicletas financieras.

Vayamos ahora a la crisis de 2018. Todavía en el primer trimestre de ese año los pasivos por inversión de cartera se incrementaron en 16.532 millones de dólares (y en 41.424 millones para todo 2017). Pero a partir del segundo trimestre no solo se frenó el aumento de los pasivos de cartera, sino comenzó la retirada. Por eso, en los siguientes tres trimestres de 2018 los pasivos de cartera se redujeron en 3.442 millones de dólares. Y en 2019 disminuyen otros 5.022 millones. Esta salida tuvo que financiarse con reservas.

Por otro lado, entre 2017-IV y 2019-IV el stock de inversión en moneda y depósitos en moneda extranjera (activo) se incrementa en 58.094 millones de dólares, desde 168.375 millones a 226.469 millones. La reversión de principios de 2018 se expresa también en las reservas del Central. En 2018-II sumaban 61.881 millones de dólares. En 2018-III se redujeron a 49.003 millones. Debido al préstamo del FMI, en 2018-IV aumentaron a 65.786 millones. Pero en 2019-IV se habían reducido de nuevo a 44.848 millones de dólares. Por supuesto, es difícil determinar cuánto del préstamo financió la salida de capitales, pero todo indicaría que fue bastante más de 11.000 millones de dólares.

Para terminar, enfatizamos que no hay forma de superar las causas de fondo de una crisis cambiaria y financiera –causas que se vinculan, en última instancia, con la productividad relativa de la economía y sus posibilidades de insertarse en el mercado mundial- con meras ingenierías financieras, o confiando en especialistas “en negociación de deudas” y sus “sarasas” vacías de contenido.

Para bajar el documento: https://docs.google.com/document/d/1fHiuw81Y3Iu4SGPVz7YP9CW07NoshjjNpN4Z3pg4xdI/edit?usp=sharing

Fuente: https://rolandoastarita.blog/2022/02/09/mas-sobre-deuda-y-fuga-de-capitales/

 

 

 

La izquierda domina la cultura, pero el mundo sigue siendo de los bancos

Si el debate sobre los grandes procesos sociales de nuestro tiempo favorece a la izquierda, no ocurre lo mismo cuando se trata de discusiones sobre el sistema económico.

02/2022
“Hay una gran pobreza intelectual por parte de la derecha”, dice Héctor Béjar en nuestro último dossier, Un mapa del presente en América Latina: entrevista con Héctor Béjar. “Hay una carencia de intelectuales de derecha en todas partes”.

Béjar habla con mucha autoridad sobre estos temas porque, durante los últimos sesenta años, ha estado íntimamente involucrado en los debates intelectuales y políticos que han tenido lugar en su Perú natal y en toda América Latina. “En el mundo cultural, la izquierda lo tiene todo, la derecha no tiene nada”, señala. Cuando se trata de los grandes debates culturales de nuestro tiempo, que se manifiestan en la esfera política en torno a los cambios sociales (los derechos de las mujeres y de las minorías, la responsabilidad con la naturaleza y con la supervivencia humana, etc.), el puntero de la historia se inclina casi totalmente hacia la izquierda. Es difícil encontrar un intelectual de derecha que pueda justificar la destrucción de la naturaleza o la violencia histórica contra los pueblos indígenas en América.

La apreciación de Béjar me recordó una conversación que mantuve el año pasado con Giorgio Jackson en Santiago (Chile). Jackson —que será ministro secretario general de la Presidencia de Gabriel Boric— me dijo que la agenda de la izquierda más amplia se impone con facilidad en muchas cuestiones sociales clave. A pesar de las profundas raíces del conservadurismo en gran parte de la sociedad latinoamericana, a estas alturas está bastante claro que hay una mayoría de personas —sobre todo jóvenes— que no toleran las rigideces del racismo y el sexismo. Si bien esto es cierto, también es cierto que la estructura objetiva de las relaciones económicas, como la naturaleza de la migración y el trabajo doméstico, reproduce todas las viejas jerarquías en formas que la gente podría no querer reconocer, y que mantienen la severidad del racismo y el sexismo. Béjar y Jackson estarían de acuerdo en que ni en Perú, ni en Chile, ni en muchas partes de América Latina, un/a intelectual podría hacer una defensa creíble de las ideas sociales reaccionarias.

Héctor Béjar no solo es un destacado intelectual de izquierda en América Latina, sino que, durante algunas semanas en 2021, fue el ministro de Relaciones Exteriores del presidente Pedro Castillo en Perú. La brevedad de su mandato se entiende por el escaso espacio de maniobra que tiene el gobierno de Castillo, ya que se ejerció una presión inmediata e inmensa para sacar de su gobierno al intelectual de izquierda más respetado del Perú. La base de esa presión es doble: en primer lugar, que la clase dominante peruana se mantiene en el poder a pesar de la victoria electoral de Castillo, un líder sindical y docente que se presentó con una plataforma mucho más a la izquierda de lo que ha podido poner en práctica, y, en segundo lugar, que Perú es, como dijo Béjar, «un país dominado desde el exterior». La palabra «extranjero» se entiende claramente en América Latina: significa Estados Unidos.

Aunque las y los intelectuales de la derecha tienen una visión desgastada —el más famoso de ellos es el novelista y profesor Mario Vargas Llosa—, son estxs escritores y pensadores quienes reflejan los puntos de vista de la oligarquía peruana y de los «backroom boys» de Washington, como los llama Noam Chomsky. Ser el espejo del poder permite que las ideas estériles de los intelectuales de derecha parezcan razonables y que estas ideas sigan dando forma a nuestras instituciones y estructuras socioeconómicas. Para quienes no lo sepan, Vargas Llosa apoyó públicamente la fallida candidatura presidencial de José Antonio Kast en Chile. El padre de Kast fue un teniente nazi y su hermano fue uno de los Chicago Boys que desarrollaron las políticas económicas neoliberales implementadas durante la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet, a quien Kast sigue alabando.

Si el debate sobre los grandes procesos sociales de nuestro tiempo favorece a la izquierda, no ocurre lo mismo cuando se trata de discusiones sobre el sistema económico. Como dice Béjar, «el mundo sigue siendo de los bancos». Son los intelectuales de los bancos —como los profesores que repiten las consignas de «liberalización del mercado» y «elección personal» como tapadera para justificar el poder, los privilegios y la propiedad de una ínfima minoría— los que controlan la propiedad intelectual y las finanzas. Los intelectuales de la banca no se preocupan por los profundos costos que paga el pueblo por sus ideas en quiebra. Cuestiones relevantes —como el abuso tributario mundial (que cuesta a los gobiernos casi 500.000 millones de dólares al año), los paraísos fiscales ilícitos que albergan billones de dólares improductivos y la gran desigualdad social que ha generado un sufrimiento masivo— rara vez figuran entre las preocupaciones de los intelectuales de la banca. Aunque la derecha sea «intelectualmente pobre», sus ideas siguen enmarcando la política socioeconómica en todo el mundo.

Resulta fascinante acercarse a las ideas de alguien tan erudito como Héctor Béjar. La profunda entrevista que aparece en nuestro dossier sugiere muchas líneas de investigación, algunas de las cuales requieren nuestra atención urgente para un análisis más profundo y otras que son simplemente puntos para anotar mientras construimos una evaluación adecuada de por qué las ideas de la derecha siguen siendo dominantes. Por supuesto, la razón más importante es que las fuerzas políticas de la derecha siguen teniendo el poder en la mayor parte del mundo. Estas fuerzas apoyan las ideas de la derecha con su generosidad a través de fundaciones, construyendo think tanks (centros de pensamiento) y financiando universidades para ahogar el análisis realista de los tópicos del poder. Béjar señala que el pensamiento intelectual en las instituciones académicas sufre de una cultura que desalienta el riesgo y —debido al retroceso de la financiación pública democrática— se vuelve adicto a los fondos de la élite poderosa.

Más allá de estas limitaciones institucionales, las ideas de la derecha prevalecen porque no se ha hecho suficiente recuento de lo repulsivo de la historia en dos ejes. En primer lugar, América Latina, al igual que otras partes del mundo antiguamente colonizado, sigue siendo presa de una «mentalidad colonial». Esta mentalidad sigue alimentándose intelectualmente de las ideas dominantes en Occidente y no de las ideas emancipadoras que existen tanto en el pensamiento occidental como en las largas historias de países como Perú (como la obra de José Carlos Mariátegui). Un ejemplo de cómo se manifiesta esta limitación, dice Béjar, es la forma en que entendemos la idea de «inversionista». Resulta que, en muchos países, como Perú, los principales inversores no son los bancos multinacionales, sino los y las emigrantes de clase trabajadora que envían remesas a su país. Sin embargo, cuando se habla de un «inversionista», la imagen que surge es la de un banquero occidental y no la de un trabajador o trabajadora peruana en Japón o Estados Unidos. En segundo lugar, países como Perú han dado impunidad a quienes participaron y se beneficiaron de la época de las dictaduras, durante la cual las élites se apropiaron de aún más riqueza de la sociedad que antes. Ninguno de los regímenes políticos de Perú desarrolló una agenda para desmontar el poder de las élites de la dictadura tras su finalización formal. En consecuencia, esas élites económicas extraordinariamente poderosas, con sus estrechos vínculos con Estados Unidos, siguen estando a cargo de las palancas políticas del Estado. El Estado peruano, dice Béjar, «es un Estado colonizado por las empresas», y «cualquiera que pretenda gestionar el Estado se encontrará con un Estado corrupto». Son palabras fuertes y contundentes.

La claridad de Béjar, y la de otros miles de intelectuales como él, son la prueba de que la batalla de ideas está viva. Lxs intelectuales de la derecha —caracterizados por su «gran mediocridad», como dice Béjar— no tienen vía libre para definir el mundo. Se necesitan debates serios para reivindicar un lado mejor de la historia. Eso es lo que hacemos en Instituto Tricontinental de Investigación Social.

Cuando escuchaba a Béjar hablar, me vino a la mente la última parábola de Espejos: Una historia casi universal (2008) de Eduardo Galeano, titulada «Objetos perdidos». Aquí está, un recordatorio de lo que se esconde:

 

El siglo veinte, que nació anunciando paz y justicia, murió bañado en sangre y dejó un mundo mucho más injusto que el que había encontrado.

El siglo veintiuno, que también nació anunciando paz y justicia, está siguiendo los pasos del siglo anterior.

Allá en mi infancia, yo estaba convencido de que a la luna iba a parar todo lo que en la tierra se perdía. Sin embargo, los astronautas no han encontrado sueños peligrosos, ni promesas traicionadas, ni esperanzas rotas.

Si no están en la luna, ¿dónde están?

¿Será que en la tierra no se perdieron?

¿Será que en la tierra se escondieron?

 

 

Chilenos exigen cierre de fronteras en protestas por crisis migratoria en el país

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Protestas en Chile contra la migración ilegal. Foto: El Universo.

 

El descontento de los extranjeros que arribaron a los pasos fronterizos con Bolivia aumentó recientemente, luego de que el gobierno de Chile anunciara el sábado último el “estado de excepción” en varias localidades fronterizas del norte y la puesta en marcha de la nueva ley de migraciones.

En Colchane, provincia de Tamarugal, decenas de migrantes se agolparon sin certezas a la espera de ingresar al país o ser reconducidos hacia Bolivia.

En la víspera, el gobierno anunció la entrada en vigor del reglamento de la nueva ley de migraciones, promovida por el conservador Sebastián Piñera para endurecer las fronteras.

Además, decretó “estado de excepción”, un régimen que permite el despliegue de las Fuerzas Armadas, en cuatro provincias: Tamarugal, El Loa, Arica y Parinacota, en la frontera de Chile con Bolivia y Perú, al norte.

Estas medidas se tomaron tras dos jornadas de paros y huelgas de camioneros que exigían más seguridad en las carreteras y el freno de la migración por pasos clandestinos, tras la muerte el jueves de un transportista durante una supuesta confrontación con un grupo de extranjeros.

Confusión en los pasos fronterizos

Pese a que la nueva ley de migraciones entró en vigor en 2021, faltaba la aprobación del reglamento, que fue publicado el sábado en el diario oficial y permitirá agilizar las expulsiones e incluso hacer “devoluciones en caliente”, sin un procedimiento judicial.

Decenas de migrantes dijeron a la agencia de noticias Efe que las autoridades policiales los orientaron este domingo a realizar un proceso de autodenuncia, donde, en caso de resultar con antecedentes, serían devueltos al país vecino.

“No tenemos por qué pagar los delitos de otras personas. Delincuentes hay en todos lados, independiente de su nacionalidad. Nosotros venimos a sacar adelante a nuestras familias”, señaló Andrea Durán, una joven venezolana, que protestó junto a su hijo.

El caos también se apoderó del campamento temporal dispuesto por el gobierno para atender a los migrantes ya en Colchane, que acabó colapsado tras los paros de transportistas que impidieron el traslado de personas hacia refugios de larga estadía.

El flujo migratorio persiste pese a las adversidades

En estas provincias y otras zonas del norte de Chile existe desde hace meses una fuerte crisis migratoria con la llegada masiva de personas indocumentadas y la realización de huelgas contra la migración, paros de camioneros y ataques xenófobos.

Los inclementes pasos altiplánicos del norte siguen formando la principal ruta de ingreso irregular a Chile, que pese a la pandemia y la crisis social de 2019, sigue siendo uno de los países más atractivos para migrar dentro de América Latina por su estabilidad política y económica.

En total hay 1.4 millones de migrantes en el país latinoamericano, lo que equivale a más del 7% de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.

Continúan las huelgas de los camioneros

Después de dos días de huelgas de transportistas, el tráfico volvió a la normalidad en la mayor parte del país excepto en la región de Tarapacá (norte), donde continuaron las manifestaciones y el bloqueo parcial a un aeropuerto regional que suspendió la mayor parte de sus vuelos.

En paralelo, y a través de un comunicado, los gobernadores de Arica, Tarapacá y Antofagasta, las tres regiones más septentrionales, emplazaron al ministro Delgado a concretar otro de los anuncios: el aumento de las policías y los recursos e infraestructura prometidos para combatir la delincuencia.

“Exigimos que el gobierno resuelva de manera seria y responsable este conflicto, implementando de manera urgente las medidas anunciadas”, sentenciaron.

El estado de excepción está pendiente todavía de ser decretado oficialmente por el presidente, algo que se presume podría suceder la próxima semana.

 

Fuente: http://www.cubadebate.cu/

 

 

 

 

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