✮1) China y Trump se fortalecen
✮2) Desde Rusia: No a la guerra
✮3)El último informe de la ONU sobre el clima es brutal, pero se queda corto
✮4)Colombia- Gustavo Petro será candidato presidencial
China y Trump se fortalecen
El mundo que emergerá de la crisis actual aún no está configurado. Pero es seguro que Estados Unidos se debilitará, especialmente con el desgaste de la presidencia de Biden y la amenaza del regreso de Trump.
La crisis aún no ha terminado. Nadie puede decir hasta dónde llegará y qué ramificaciones puede tener. Pero ya hay posiciones conquistadas y un verdadero desgaste por parte de ambos lados, para que nos demos cuenta de que el mundo que salga de esta crisis será diferente al que entró.
Biden no se cansa de decir que Putin nunca ha estado tan aislado en el mundo. Sí, tienes razón. Aunque nunca un presidente de los Estados Unidos ha tenido menos apoyo de su pueblo a estas alturas de su mandato que él.
Estados Unidos nunca ha podido dejar de usar su superioridad militar para imponer sus intereses como en esta crisis. Nunca ha tenido que limitarse a imponer sanciones y buscar aliados para aislar al enemigo, siendo derrotado militarmente como en esta crisis.
De todos los nodos en los que se articula esta crisis, China sale fortalecida a nivel internacional y Donald Trump dentro de Estados Unidos.
Putin debería poder evitar que la OTAN instale sus bases en Ucrania. A costa de un gran desgaste externo y un grave daño a la economía del país. Aprovechó la imposibilidad de un enfrentamiento militar directo entre Rusia y Estados Unidos, que llevaría a la destrucción de ambos, para tomar la iniciativa.
Con la iniciativa de invadir Ucrania, ganó posiciones militares, lo que le puede permitir evitar que la OTAN instale bases militares en Ucrania, con la adhesión a la OTAN. Pero existe un grave riesgo de desgaste incluso dentro de Rusia, por las consecuencias de los efectos económicos y sociales de las sanciones que sufre el país.
Los acuerdos de Minsk ya impedían esta posibilidad, impedían la presencia de tropas en las fronteras de Rusia, pero fueron irrespetados por Estados Unidos, la OTAN y la propia Ucrania.
Biden tiene en su contra a la mayoría de los estadounidenses, que creen mucho más en Donald Trump que en él. Incluso antes de esta crisis, la perspectiva era que los republicanos también obtuvieran una mayoría en la Cámara, proyectando un presidente pato manco para toda la segunda mitad de su mandato.
Ahora se enfrenta a un Partido Republicano que ha asumido la posición oficial de que la invasión del Capitolio habría sido legítima. Se enfrenta a un Donald Trump que se ha ganado a la mayoría de los estadounidenses su posición de que si él fuera el presidente, la guerra de Ucrania no se habría producido, debido a sus relaciones directas con Putin.
Si Biden ya no seria candidato a la reelección, Kamala Harris demuestra ser una vicepresidenta débil, que no difiere en nada de las posturas de Biden y que difícilmente sería una candidata digna de enfrentarse a Trump en la campaña presidencial.
La posición de China resulta ser la más equilibrada: contra la guerra y contra las sanciones a Rusia. Tras establecer un acuerdo estratégico con Rusia, un bloque cuya fuerza nunca había enfrentado Estados Unidos. La combinación de la fuerza de la economía china y el ejército ruso podría resultar en la alianza más expresiva del mundo.
El mundo que emerge de la crisis actual aún no está configurado. Pero Estados Unidos ciertamente se debilitará, especialmente con el desgaste de la presidencia de Biden y la amenaza del regreso de Trump.
China también se consolida como líder político, además de su poderío económico, que la proyecta como la economía más fuerte al cierre de la presente década.


Editorial
Escriben mucho sobre el hecho de que el grupo del ejército que realiza operaciones militares en Ucrania se está quedando sin alimentos y combustible. Pero la propaganda del Kremlin tiene problemas similares. Claramente se quedaron sin palabras.
Por supuesto, se está formando una neolengua moderna: “pop” en lugar de explosión, “crecimiento negativo” en lugar de recesión, “operación especial” en lugar de guerra, etc. Pero el problema es que la realidad periódicamente se recuerda a sí misma, obligando incluso a los funcionarios y propagandistas a llamar las cosas por su nombre. Por ejemplo, Dmitry Rogozin, pronunciando un patético discurso en apoyo de la guerra, no pudo expresar sus pensamientos utilizando los términos prescritos por las autoridades: hacen que el discurso carezca de sentido, privándolo de contenido emocional y evaluativo, que surge una paradoja: en el lenguaje del poder es imposible no sólo condenar este poder (para lo cual, de hecho, se inventó este lenguaje), sino incluso apoyarlo.
Érase una vez un hombre muy sabio que decía que sólo hay dos tipos de actividad en los que es imposible engañar o esconderse tras la blasfemia: la guerra y el circo. Hoy, la sociedad rusa lo siente por sí misma. Es cierto que la Duma del Estado hace mucho que se convirtió en un circo, pero allí solo hay payasos. Y en un circo real, donde los payasos están en los espectáculos secundarios, donde tienes que hacer trucos sin seguro debajo de la cúpula e ir a la arena con tigres, no podrás hacer trampa: te romperás o te comerán justo en frente del público
Es lo mismo con la guerra. Ninguna cantidad de propaganda puede hacer que una batalla perdida parezca un triunfo. Puedes mentir un rato, pero las consecuencias de lo que está pasando son demasiado evidentes, irreversibles y, lo más importante, ellas mismas constituyen esa realidad absoluta de la que nadie puede esconderse. La batalla épica entre la televisión y el refrigerador es cosa del pasado, hoy es donde ya es una cuestión de vida o muerte.
https://n0estandificil.blogspot.com/

Luces y sombras del IPCC
El último informe de la ONU sobre el clima es brutal, pero se queda corto
Juan Bordera / Ferran Puig Vilar 2/03/2022
A diferencia de otros medios, en CTXT mantenemos todos nuestros artículos en abierto. Nuestra apuesta es recuperar el espíritu de la prensa independiente: ser un servicio público. Si puedes permitirte pagar 4 euros al mes, apoya a CTXT. ¡Suscríbete!
Hay luces y sombras en la última parte del informe climático más importante del mundo, el sexto informe del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático). El texto, del Grupo II, analiza los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad, y pasará a la historia por encuadrarse entre el –esperemos– final de una pandemia y el inicio de una lamentable guerra que, como todas ellas, nunca debería haber tenido lugar.
El problema con las luces del informe es que no alumbran lo suficiente para iluminar la cantidad enorme de sombras que se están acumulando en el horizonte. Sombras que parece que nos den tanto miedo que ni nos atrevemos a nombrar. Por si se materializan. Cuando es precisamente ese miedo a identificarlas el que las está haciendo cada vez más patentes e ineludibles. No podemos solucionar un problema que ni siquiera queremos reconocer.
Las 36 páginas del resumen invitan a pensar que algún cambio se está produciendo en el seno de la comunidad científica sobre cómo comunicar la emergencia
En las 36 páginas del resumen para políticos y prensa –la parte del estudio que sufre indudables y efectivas presiones de lobbies y gobiernos– podemos encontrar algunas perlas que invitan a pensar que algún cambio se está produciendo en el seno de la comunidad científica sobre cómo comunicar la emergencia. Sin embargo, son pequeños destellos en un informe que sigue pecando de moderación en demasía, y que probablemente ha errado el tiro al no optar por un aplazamiento en la publicación de las conclusiones de esta parte. Algo que podría haber servido para generar expectación, y a la vez mandar un potente y necesario mensaje a los halcones, tanto rusos como atlantistas: vuestras guerras retrasan la acción necesaria que necesitamos todos para evitar el descalabro climático. Los retos son globales y las soluciones necesariamente han de serlo también. No nos valen políticas de bloques a estas alturas.
Teniendo en cuenta que es prácticamente seguro que estamos ante el último informe del IPCC con capacidad de llegar a tiempo para influir –falta la crucial parte correspondiente al Grupo III, cuyo primer borrador filtramos al mundo el agosto pasado y que saldrá, en principio, el 4 de abril–, el contenido sigue obviando muchos problemas que son usuales en este tipo de informes: la integración de otros factores como la crisis energética, que se diluye en los modelos –cuando la energía requerida para la adaptación será más necesaria que nunca–, y se sigue confiando en tecnologías basadas en el pensamiento mágico como la captura y secuestro de carbono. En definitiva, se siguen enunciando muchos problemas con la boca pequeña y confiando en sostener el objetivo de permanecer por debajo de la famosa cifra de 1,5ºC; lo que para cualquiera que haga números y no le guste el autoengaño es sencillamente imposible. Así lo han reconocido los propios autores del informe, que en este estudio de la prestigiosa revista Nature explican por qué a finales de este siglo rozaremos los catastróficos 3ºC de aumento. O así lo reconoció también una eminencia, el climatólogo James Hansen, que recientemente dijo que el 1,5ºC será superado durante esta misma década.
Pero pasemos al análisis. Las luces. Respiremos. Se siguen incluyendo frases con potencia comunicativa como: “Los actuales modelos de desarrollo insostenibles están aumentando la exposición de los ecosistemas y las personas a los riesgos climáticos”, similares a las que encontramos en los borradores filtrados del grupo III. De hecho, la palabra insostenible es citada hasta 9 veces en las 36 páginas del resumen. Esto denota un cierto avance en el reconocimiento de la realidad, que leyendo el informe completo reafirma el hecho de que la palabra decrecimiento –cada vez menos tabú– aparece nada menos que 27 veces.
Por fin el IPCC está entrecruzando la otra gran crisis ecológica, la pérdida de vida, de biodiversidad, con el problema climático
En una aparente paradoja, son las declaraciones más sombrías las que arrojan más luz, ya que al menos permiten identificar el problema. Por ello, es destacable también que el secretario general de la ONU, António Guterres, se haya expresado en estos términos al presentar el informe: “He visto muchos informes científicos en mi vida, pero nada como esto”, “un atlas del sufrimiento humano” o probablemente la más certera: “Esta abdicación de liderazgo es criminal. Los mayores contaminantes del mundo son culpables del incendio provocado en nuestro único hogar”.
También aparece 17 veces la palabra “indígenas”, referida tanto a los pueblos como a su población actual y a los sufrimientos que van a padecer los más de 400 millones de personas que identificamos con este epíteto. Esto es clave: por fin el IPCC está entrecruzando la otra gran crisis ecológica, la pérdida de vida, de biodiversidad, con el problema climático. Por fin la comunidad científica, mayoritariamente occidental, empieza a darle la importancia que merece a los pueblos quizá más civilizados de la Tierra, aquellos que con aproximadamente el 6% de la población custodian el 80% de la biodiversidad. Justo lo que nos está salvando de agravar más el problema climático y alimentario y de estar aún más expuestos a pandemias. Para proteger la biodiversidad y asegurar los servicios esenciales que ofrecen los ecosistemas, la comunidad científica propone conservar entre un 30% y un 50% de los mismos. Y esta también es una propuesta con luces y sombras, porque, mal gestionada, puede servir para desplazar a la población indígena de sus tierras.
Algunas de las otras conclusiones más importantes del informe, son:
– Aproximadamente la mitad de la población mundial, entre 3.300 y 3.600 millones de personas, vive en zonas “muy vulnerables” al cambio climático. Imagínense, si ahora hay problemas con el aumento de los regímenes autoritarios, qué pasará si no actuamos con decisión.
– Incluso en los niveles actuales de calentamiento, millones de personas se enfrentan a la escasez de alimentos y agua debido al cambio climático. A partir de 2ºC, las cosechas estables serán escasas. Y estos análisis, como decimos, tienen poco en cuenta las interrelaciones que hay con la energía y el aumento de los precios de los fertilizantes o los alimentos. Expertos como Olivier de Schutter, Relator Especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos de Naciones Unidas, están demandando una reforma fundamental de nuestros sistemas alimentarios para evitar un hambre sin precedentes: “La ciencia es clara: sin un cambio importante en las emisiones de carbono y en la forma de cultivar, es probable que veamos pérdidas masivas de cosechas y el colapso de nuestro frágil sistema alimentario”.
– Ninguna región habitada escapa a los efectos nefastos del aumento de las temperaturas y del clima cada vez más extremo. Aunque hay algunas que lo vamos a pasar peor: en el sur de Europa, una de cada tres personas sufrirían escasez de agua incluso en el escenario de cumplimiento del Acuerdo de París.
– “El aumento de los fenómenos extremos meteorológicos y climáticos ha provocado algunos impactos irreversibles, ya que los sistemas naturales y humanos se ven empujados más allá de su capacidad de adaptación”. Esta manera sutil de hablar de puntos de no retorno es lo que le está ocurriendo ya a subsistemas clave como el Ártico o el Amazonas.
– La extinción masiva de especies, desde árboles hasta corales, está en marcha. Y algunos de los ecosistemas clave están perdiendo su capacidad de absorber dióxido de carbono, convirtiéndolos de sumideros a fuentes de carbono.
– Todo lo anterior supone que a todas luces –y sobre todo sombras– los famosos 1,5ºC están técnicamente superados. Cuando se superen, como le ha pasado sistemáticamente a estos informes, el siguiente será mucho peor.
Para ampliar las sombras, que ya comienzan a entreverse en este texto, hay que contar también que aquella filtración de la Agencia France-Presse que dio la vuelta al mundo, mientras el hemisferio norte ardía con temperaturas cercanas a los 50 grados en países como Canadá, no logró el cometido que buscaba. En el proceso de pulir (ciencia) y maquillar (lobbies), el resumen del informe ha eliminado el titular que dio la vuelta al mundo: “La vida en la Tierra puede recuperarse de un cambio climático importante… La humanidad no”. Nadie ha rescatado ni una mísera mención aún al respecto, quizá porque hay mucho que leer en las más de 3.500 páginas que tiene el texto completo, pero de la frase textual, ni rastro. No está. Esta es una de las sombras más tenebrosas, que con la situación de emergencia, tengamos –todavía– exceso de moderación dentro de la propia comunidad científica.
Y la pregunta clave que subyace es: ¿por qué ni el IPCC se está atreviendo a contar con la claridad necesaria una verdad evidente para cualquiera que tenga los datos sobre la mesa y sepa entenderlos? ¿Por qué tanto temor a reconocer que el objetivo de mantenerse por debajo de 1,5ºC está obsoleto? Eso no significa que todo esté perdido. Al contrario, implica solamente reconocer que el problema es más grave y urgente. Significa que está casi todo por hacer. Que hay que hacer todo lo posible para mantenerse por debajo de 1,5º C, y que reconocer que eso ya no será posible ayudará a acrecentar la conciencia del problema y a acelerar las medidas.
¿Por qué no ser más contundentes? Lo que habría que hacer parece casi imposible de imaginar para la cultura actual. La del despilfarro y los microplásticos hasta en las placentas. La de la fe ciega en la tecnología. La de los bloques que, como tienen que competir por su supervivencia, no parecen darse cuenta de que pueden acabar con la de toda la vida, como avisaba la frase eliminada del informe.
Nuestra cultura tendría que cambiar radicalmente para asumir un modelo que, además de buscar la cooperación, buscara una simplicidad reconfortante. El buen vivir. Pero con menos riquezas materiales. ¿Es acaso aún posible? Nadie lo sabe. Lo que sí está claro es que es inevitable que acabemos yendo por la fuerza a ese tipo de escenarios de menor riqueza energética. Más nos valdría irnos preparando.
Autor >
Juan Bordera / Ferran Puig Vilar

Colombia.
En los comicios de este 13 de marzo y mientras casi 39 millones de personas estaban habilitadas para votar, con el 60 por ciento de los sufragios contabilizados, la formación política progresista Pacto Histórico, obtuvo la mayoría, rezagando a la derecha y a la ultraderecha a lugares subalternos, y marcando unas elecciones sin precedentes.
Con casi un 16 por ciento, el Pacto Histórico logró ser mayoría para la cámara de diputados. Esto es, los legisladores de la composición progresista llegaron a 25 cupos para la cámara baja y 17 para la alta.
Del mismo modo, y esta vez respecto de la elección del candidato a la presidencia del país por la coalición progresista, con el 90 por ciento de las mesas revisadas, el ex edil de la capital colombiana y senador, Gustavo Petro (Colombia Humana), conquistó el 80 por ciento de los votos de su conglomerado, el Pacto Histórico.
También sorprendió que la candidata del Polo Democrático (izquierda dentro del Pacto Histórico), Francia Márquez, lograra un 14 por ciento, lo que puede convertirla en la compañera de fórmula de Petro.
Las cifras se actualizarán en tanto vaya ofreciéndolas la entidad electoral competente.
La primera vuelta presidencial será el próximo 29 de mayo y la segunda a mediados de junio.

La revuelta electoral colombiana
Los resultados de las votaciones del pasado domingo 13 de marzo en Colombia, cuando se escogieron los integrantes del poder legislativo y se definieron los candidatos presidenciales de tres coaliciones políticas conformadas recientemente, reflejan nuevamente el proceso de revuelta generalizada en que esta el pueblo colombiano en el actual momento histórico.
El país está afectado por una profunda crisis política que golpea la legitimidad de sus instituciones, la credibilidad de los liderazgos políticos, la solidez de las narrativas sobre la supuesta democracia y liberalidad del Estado, todo como consecuencia de la violencia que golpea a millones de personas con masacres, asesinato de líderes sociales y exterminio de exguerrilleros; de la pobreza que azota a más de 23 millones de ciudadanos; del desprestigio del Presidente Duque; y de la corrupción de una podrida casta politiquera que despedaza sin contemplación los bienes públicos.
El domingo, no obstante la alta abstención, un viejo electorado, férreamente controlado por caciques, gamonales y siniestras maquinarias locales y regionales salió, voto con rabia y conciencia, para respaldar la lista independiente del Pacto Histórico promovida por el Senador Gustavo Petro, colocando 17 curules en el Senado y casi 30 en la Cámara baja; aunque el destape del fraude, hecho ayer lunes por el propio Petro está indicando que en casi 30 mil mesas de votación se dio una descarado robo al Pacto histórico, con la alteración de los tarjetones para favorecer al Partido conservador y al uribismo, unas estructuras feudales protegidas por militares, mafias, gringos e iglesias.
El desastre para el establecimiento ha sido demoledor y se ha llevado por delante reconocidas fichas del andamiaje del poder oligárquico. No es poca cosa el desplome de la mafia de los Char en Barranquilla, producto de las denuncias de Aida Merlano y sus abogados; o la ruina en que quedo el tal Manguito en Villavicencio, un tipo que se hizo elegir en el 2018 con el respaldo de Petro y a la velocidad del rayo se sumó a la tropa de Uribe Vélez; o el desfonde de la mafiosa Dilian Toro en Cali; o el entrabe del caporal Zuluaga en el Meta, al que le fallo su sindicato con los parapolíticos de la Llanura para preservar el dominio absoluto de la región; o la extinción electoral del camaleónico vargasllerista Temístocles Ortega en Popayán; o la fase terminal en que quedo Zuluaga el candidato de Uribe a la Presidencia.
Para ponerlo en términos positivos, de los saldos de la jornada electoral quedan cosas muy favorables para la acción política popular como la escogencia de una bancada de izquierda nítida en el Cauca; la elección de un grupo combativo de líderes sociales en el Valle del Cauca; el regreso de la Izquierda en Villavicencio y el Meta; la gigantesca votación por el Pacto Histórico en Bogota; los avances populares en Cundinamarca; y la insurgencia deslumbrante de la población afro descendiente que se volcó tras la figura de Francia Márquez del Polo Democrático para darle un copioso apoyo.
El otro hecho a tener en cuenta es que la alta abstención (solo voto el 27% del electorado) no refleja desidia o apatía entre la multitud.
Como Colombia se encuentra desde hace varios años en una sistemática revuelta anti neoliberal, hay bloques populares que han optado por marginarse de las contiendas electorales e intervienen más resueltamente en otros eventos con alcances políticos estratégicos como la explosión social de abril del 2021; me refiero a los jóvenes, a los campesinos, a los afros, a los indígenas y a los integrantes de las resistencias agrarias armadas (Farc-EP, Eln, EPL) que mantienen intactas sus plataformas de cambios radicales en el tema de la propiedad agraria, la disolución de los aparatos militares, la democratización política y el manejo alternativo de los cultivos de coca y marihuana.
La revuelta electoral del domingo pasado tiende a radicalizarse en las semanas que vienen y el objetivo que se ha trazado se encamina a que el candidato Gustavo Petro sea elegido Presidente en las votaciones del 29 de mayo, aunque la ultraderecha uribista ya salió a divagar y a mover cortinas de humo para sembrar confusión y evitar su bancarrota definitiva (no la menosprecio), lo único cierto es que la iniciativa está en manos de la izquierda y el campo progresista para que actué en diversos frentes, especialmente en el área de las redes y las comunicaciones; en el área de las narrativas y los relatos progresistas que motiven y estimulen al pueblo; y en el área de la acción directa en los espacios públicos con el fin de motivar nuevos contingentes sociales para que asuman la confrontación clasista con las piezas de la dominación oligárquica en todos sus niveles.
No hay que bajar la guardia, hay que alimentar e impulsar la creatividad entre los jóvenes, las mujeres y los trabajadores para que señalen con certeza las cabezas responsables de la podredumbre política del Estado, como en el caso de la ciudad de Armenia, donde se abre paso la propuesta de adelantar un Paro cívico para desalojar la mafia política vargasllerista que tiene secuestrado el gobierno del municipio en perjuicio de los intereses comunitarios.
O el caso de Popayán donde se despliega un poderoso movimiento viviendistas y contra la cascada de impuestos ordenada por el Alcalde Lopez.
O el caso del desangre militarista en el sur del Meta, Guaviare y Caquetá, en la región del medio Guayabero, lugar en el que la soldadesca de la Fuerza Omega al mando de una ficha de los gringos, el Generalazo Royer Gómez Herrera, asesina a sangre fría a humildes campesinos como ocurrió recientemente en Puerto Cachicamo, Puerto Nuevo y Nueva Colombia, un territorio ocupado por casi 25 mil unidades contra guerrilleras enfocadas en la vulneración de los derechos humanos y en la destrucción de los Parques Tinigua, Macarena y Chiribiquete, mediante el Plan Artemisa para favorecer a poderosas multinacionales del petróleo y del agro negocio.
* Nota. Ha muerto nuestro compañero ALFONSO HOYOS BOTERO, filósofo y excelente ser humano, asesor de Antonio Navarro en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, comprometido con las plataformas de los derechos humanos y los movimientos sociales progresistas. Paz en la tumba de Alfonso, lo llevaremos por siempre en nuestro corazón amigo. Condolencias para Melanie y sus nietos; para Carlos Arturo y Roberto, sus hermanos.

