✭1) Caminar Montevideo por Sandra Petrovich
✭2) Argentina- Poemas – Galeria Grasa
✭3) La Real Academia Española: un hogar inesperado – POR GIOCONDA BELLI
✭4) Teatro- DECLIVE
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Caminar Montevideo

Estamos en Montevideo de paso, un concierto de grillos en una calle del barrio lo convierte puntualmente en un campo migrando a la ciudad. La vereda en la calle de los grillos cantores luce con pastos crecidos en los bordes y entre los adoquines.
Más abajo en el parque hay gente que acampa, viejos sillones, algún fogón. Por las noches vagan hombres, algunos llevan mochilas sobre sus espaldas, discuten, gritan, a veces corren. Así toda la noche hasta que se hace silencio por algunas horas. La circulación de coches no cesa, con mayor o menor intensidad según los momentos del día. Montevideo luce tapada de automóviles, las casas tienen rejas y cercos electrificados en algunos casos. Es otoño en un día húmedo, gris. Las hojas amarillentas de los árboles y algunos pétalos rosa caen lentamente como copos de nieve. Aparte de una combativa movilización de los trabajadores de «Pedidos Ya», la ciudad está sumida en sus desplazamientos rutinarios, en su incertidumbre cotidiana, algunos barrios son apacibles otros menos, cuesta imaginar la alegría colectiva pero la ciudad tiene un corazón que bate al ritmo del tambor los fines de semana en muchos barrios. Entonces sentimos que aún está viva.
Pero más allá de estas imágenes cargadas de una poética casi sutil, tenemos la contra imagen de la misma ciudad, la que vive y late igualmente a la par de los desmanes policiales, de las viviendas precarias, soledad, exclusión, tristeza, de los crímenes del narco, de la trata.
El viernes 8 de abril se produjo un hecho represivo en un centro estudiantil en el barrio del Cerro, en donde efectivos policiales irrumpieron violentamente en el instituto de la UTU llevándose detenido a dos estudiantes y dirigiéndose en tono amenazante a los profesores presentes. Los jóvenes fueron liberados posteriormente. Esta es la anti poesía montevideana, algo que poco a poco también forma parte, se integra entre luces y sombras a una realidad fisurada y violenta. Realidad que se esconde, se calla, Montevideo se muestra en las pantallas de la televisión como una carta postal. Nadie sabe lo que se macera en sus silencios. ¿De qué están hechos esos largos paréntesis en donde a veces la comunidad parece aletargada, dormida, entre marchas y concentraciones con poca convocatoria en la calle? ¿Cuál es el mensaje que se está enviando desde las intervenciones represivas hacia ciertos sectores de la sociedad? Todo cuanto acontece pasa como hechos insignificantes, puntuales. Nombrar las cosas se va volviendo complejo, mientras tanto en nuestro andar vamos buscando pero sobre todo vamos encontrado cosas, acontecimientos, contradicciones, diferencias. El andar caminando también nos convierte en testigos, nos informa, nos abre hacia un afuera que las pantallas no muestran.
Mientras caminamos nos preguntamos: ¿sobre qué laureles duerme la cúpula sindical del PIT-CNT o qué hacer ahora, cuando toca comenzar todo de cero nuevamente? Echarse andar, caminar, juntarse con otros y por ejemplo poner los cuerpos en estado de resistencia frente a los recortes de los derechos elementales en el trabajo, salud, vivienda, educación, pensiones.
«Un andar es siempre un poco errático en el tiempo y en el espacio, lo impredecible muchas veces prevalece sobre lo probable». David Le Breton.
La ciudad tiene sus cavernas, sus laberintos en donde perderse para hacer posible el encuentro. En estos días en una foto compartida pudimos ver un estrecho corredor de una vivienda muy precaria en un barrio de la periferia de Montevideo, el mismo había sido levantado quitando sus baldosas para hacer aparecer la tierra. En ese minúsculo espacio alguien cantó de júbilo porque ahora sí era el momento de plantar las primeras semillas en esa pequeña y valiente huerta urbana.
Montevideo cercada por largas filas de coches en la rambla y en las avenidas, en donde las luces encandilan sumen a la ciudad en una casi oscuridad y en solitarias sus veredas. Toda una invitación a subvertir la rutina y la sumisión. Caminar, echarse a andar, salir al encuentro para tramar y entramarse.
«El caminante es un hombre del intersticio y del intervalo, de lo que está entre las cosas, pues al tomar las rutas secundarias se sitúa en la ambivalencia de estar a la vez dentro y fuera, aquí y allí». David Le Breton.

Poemas – Galeria Grasa
Algunxs conectadxs
llegarán al cielo
la pintura oficia
se ha inaugurado el post mundo
apocalipsis y destrucción
y un nuevo amor
los átomos construyen las imágenes del mundo
la pintura construye las imágenes del mundo
pestañas están pensando
celeste rojosado
celeste violeta azulado
la forma del pensamiento condensado
densidad lagrima
estructura mental
el pensamiento plano
la pintura en el cuadro
la pintura en el cuarto
los ojos miran y sos vos y sos la pintura
en el espejo
se reflejan ventanas
muchas pantallas
la perspectiva se quiebra
dos columnas interceptan
x y
la luna aparece por detrás
curva de probabilidades
uno dos tres
plataformas para ver el paisaje
también es una carita
o una mujer que flota recostada sobre ruinas
pestañitas es muy preciosa
escaleras recurrentes
pero no hay abajo
no hay arriba
son capas
tapa y capa
luces y sombras ordenadas por espejos
preciosa pestañita
cuatro veces me repito
ninguna copia es exactamente igual
tres lazos
y un moño
el cemento es blando
y yo sigo enamorada
Francisca amigo heras
En las ferreterías del cielo
venden la mejor pintura
un rosado inolvidable
y un gránate celestial.
Para llegar a ella
hay que trepar unos peldaños
que aparecen de repente
como de otra dimensión.
¿Cual es el alma del color
y la memoria del sonido?
Escucho un pincel trazar
sobre una tela formas delineadas,
y es la mano del espíritu
que vuelve a abrir la puerta
de su casa.
Pasa el viento de todas las edades luminosas y precisas,
y hace que todo vuele!
Y el sueño se hace oración
en la boca de una niña
que aprende a hablar
con los suyos.
Señales de geometría
en los campos adyacentes,
veladuras que tiemblan
en los pliegues helados
de un lago secreto.
Nati Rosa Cristo Pan
tu pintura me emociona
hasta el borde de las lágrimas.
Francisco garamona
Fuente: http://ramona.org.ar/node/72233
La Real Academia Española: un hogar inesperado
POR GIOCONDA BELLI
Hace unos años, mientras estaba en Madrid presentando un libro, fui de visita al Prado. Al cruzar la calle Ruiz de Alarcón, mi esposo me señaló el edificio de la Real Academia Española. Le pedí que me hiciera una foto. Para mí ese edificio era emblemático de una institución cuya función -muy particular, por cierto- es el cuido del español, la lengua que hablamos más de cuatrocientos millones de seres humanos. El lema de la Academia, «limpia, fija y da esplendor» es tan antiguo como la Institución, que creó el Marqués de Villena en 1713.
Poco podía imaginar que la vida y el exilio me llevarían a pasar muchas horas en el edificio de la Real Academia Española en Madrid curando un diccionario fraseológico latinoamericano. Tengo un escritorio en la sección dedicada a ASALE, la asociación de Academias de la Lengua Española en todo el mundo, Hace setenta años se creó esta vinculación de la RAE con América Latina y también con Puerto Rico, Filipinas y otros sitios donde el español vive y se practica. Los académicos de número de las diversas academias de la lengua regadas por el mundo pasan a ser académicos correspondientes de la Real Academia Española. Tengo el diploma, en Nicaragua, lejos ahora de mi alcance, que atestigua mi pertenencia a la RAE. Esto me ha permitido asistir los jueves al pleno de la Academia, en el salón plenario. La reunión se da alrededor de una tabla ovalada, que me hace relacionar a los académicos de la lengua con los Caballeros de la Mesa Redonda del mítico Rey Arturo; en España, en este caso se trata de caballeros doctos defensores del español. Antes de la sesión plenaria, en la bella sala de pastas, de sillones de grana, se sirve un refrigerio y los académicos tienen la oportunidad de socializar entre sí. No puedo dejar de celebrar el acierto de la RAE al no restringir el español al hablado en España, y reconocer la enorme riqueza que representa el uso del español por tantos millones de personas como las que lo hablamos en el mundo. Creo los hablantes hispanoamericanos con nuestros acentos, nuestras palabras ancestrales y nuestro cotidiano manejo del idioma, aportamos una variedad espectacular de acepciones y derivaciones, aparte de una literatura digna de todo respeto. El diccionario de americanismos que tengo sobre mi escritorio, dirigido por Víctor García de la Concha, ese personaje cuyo nombre ha trascendido por lo que él ha logrado en su carrera como abanderado del español, es un testimonio de peso sobre esa mezcla fascinante que devino de la Colonia y que subsiste y sigue creciendo hasta nuestros días. Neruda hablaba de cómo los Conquistadores españoles, con sus caballos, arcabuces y armaduras aplastaban civilizaciones americanas, pero mientras cabalgaban y destruían, iban dejando caer esas palabras, ese idioma hermoso que fue el verdadero conquistador de la inmensa extensión del Nuevo Mundo que España reclamó y eventualmente perdió para sí. De no ser por el español, su presencia no habría subsistido y mucho menos atestiguado el desplome de esa Torre de Babel que cayó desde México a la Patagonia, proporcionando a nuestra América un idioma común.
Y vuelvo al asombro: sumirme en el ancestral tejido de esa antigua y conocida y a menudo maldecida España, ha logrado que lo que mis ojos ven no apague del todo, pero consuele a lo que mis ojos no ven. No tengo la lujuria de las plantas tropicales y el verde como un manjar para el hedonismo de los sentidos que gozaba en Nicaragua, pero entrar al silencio y recogimiento de la Academia, ver sus escaleras magníficas, los salones quietos, incluso las peculiares y antiguas cerraduras en puertas donde se diría se guardan tesoros seculares, caminar por pasillos donde cuelgan litografías de Goya, o estampas del Quijote, es unir mi identidad mestiza con su origen. Es también unir mi pasado de muchacha solitaria en un internado de monjas en Atocha, refugiando su soledad de los domingos en el museo del Prado, con esta mujer que ahora soy y que baja por la calle Felipe IV, pasa por la nueva entrada del Museo del Prado, para tomar el autobús frente a la fuente del Neptuno, frente a la fachada del mismo hotel Palace donde visité a mis abuelos cuando venían a Madrid y me invitaban a recordar que tenía familia y otra vida en Nicaragua.
Me observo encontrando placer en estas experiencias y visiones. Hallo consuelo dentro del desconsuelo de mi país, sumido de nuevo en una dictadura. Me maravilla el impulso de sobrevivencia de la mente humana, el optimismo del que, afortunadamente, padezco y que me deja inventar significaciones y gratas revelaciones en las vueltas de mi vida. Estoy convencida de que, dentro de nosotros, podemos respirar y tener ojos para la humanidad histórica y profunda a la que pertenecemos y esperar contra toda esperanza que, a pesar de todos los pesares, la historia y el tiempo nos redimirá.
Fuente: https://cuadernoshispanoamericanos.com/
Teatro

Declive
- Género: Comedia
- Título original: Declive
- Duración: 70′
- País: Uruguay Año: 2022
- Autor: Nelson Valente
- Dirección: Virginia Marchetti
- Elenco: Martha Vidal – Ernesto Liotti – Rosa Simonelli – Álvaro Correa
Ficha
Resumen
Del mismo autor de El loco y la camisa llega Declive. Tito y Antonio son amigos desde la infancia, Nelly y Susana, sus respectivas esposas, también entablaron una amistad. Esta pareja de matrimonios transformará un domingo rutinario y aburrido en un caos en el que las miserias más profundas de cada individuo salen a luz. Declive propone una reflexión acerca del modo en el que construimos la felicidad y la posibilidad de cambiar de paradigmas aún en el último instante.
Funciones: sábados 20:00 horas. La Gringa Teatro (Av. 18 de Julio 1236 – Galería de las Américas).
Localidades
$ 420. Jubilados $ 370. Reservas 29032744 – Whatsapp 098099010.
Trailer
Salas
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Sábado 11 de Junio
- 20:00
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Sábado 18 de Junio
- 20:00
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Sábado 25 de Junio
- 20:00
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