★ Brasil. Lula, la yaca de la izquierda
★ Argentina. Juicio Brigadas: sobrevivientes narraron los abusos sexuales sufridos en el Pozo de Quilmes
★ Uruguay. Ni salarios ni empleos
Lula, la yaca de la izquierda
Por Gustavo Castañon
Lula promete hoy claramente un gobierno neoliberal con Meirelles en la tesorería, internacionalista con la gobernanza global de la Amazonia, identitario con la promesa incluso de un “Ministerio de los Pueblos Originarios” y corrupto con el regreso de los peores ladrones de la República.
¿Qué puede explicar que, frente a esto, la izquierda siga viendo en Lula, después de más de 30 años de repetidas traiciones y capitulaciones, su único liderazgo?
La respuesta a esa pregunta pasa ciertamente por la falta de memoria y la mayor parte de la militancia de reddit construida por la falsificación de la historia promovida por el PT. También pasa, por supuesto, por la fantasmada petista del “golpe de Bolsonaro”, la creencia de que estamos a las puertas de la pérdida de nuestra democracia.
Pero estos dos puntos no pueden explicar la magnitud y la complejidad de este fenómeno.
Me gustaría plantear, además de estas hipótesis políticas, una hipótesis psicológica para explicar tal aberración. Esta hipótesis ya ha sido planteada por mí en relación con Bolsonaro, pero es mucho más explicativa en relación con Lula.
Es la hipótesis de la yaca. Hace varios años, un amigo mío y yo estábamos en una crisis existencial después de dos años de universidad de economía. Un lunes normal, apareció de vuelta de un viaje a la Ilha Grande diciendo que había abandonado. Le pregunté qué había pasado, ya que todavía no había llegado a esa fase de decisión. Me contestó que lo que había pasado era una yaca.
En el viaje a Ilha Grande, él y un grupo de una docena de amigos habían ido de excursión al centro de la isla. Allí, en medio de la selva virgen, encontraron un gigantesco árbol de yaca. Dijo que esos jackfruit eran los más deliciosos que habían comido en su vida. Así que siete de ellos decidieron llevarse un jackfruit cada uno de vuelta por el sendero hasta el campamento, lo que duró otro medio día claro. Llegarían al campamento en la playa al anochecer. Tras emprender el camino, dos chicas vieron inmediatamente que no tendrían forma de llevarlas todo el camino, y renunciaron a sus yacas. Cinco hombres todavía tenían que demostrar su hombría cargando yaca a la espalda durante cinco horas.
Dos se rindieron al ver que se estaban quedando atrás y que iban a tener una noche cerrada. Tres de ellos, entre los que se encontraba mi amigo, decidieron despedirse del grupo y caminar más despacio cargando sus respectivas yacas. Una hora después, sus espaldas empezaron a sangrar y uno de ellos se rindió.
Mi amigo y el otro que quedaba hicieron un solemne pacto de sangre para comerse esas yacas en el campamento. Pero duró poco. Cuando la noche empezó a caer sobre ellos, el otro intentó disuadir a mi amigo de continuar. Pero entonces hizo otro voto: se llevaría esa fruta de la selva a casa o moriría en el intento, no era un desertor. No iba a rendirse después de tanto esfuerzo, de tanta lesión, de tanto orgullo involucrado. Y continuó solo. Unos minutos más tarde, en la noche cerrada, lo entendió: esa yaca era el curso de economía. Cuanto más esfuerzo, más tiempo, más sufrimiento y expectativa había puesto en ello, más difícil era dejarlo atrás. Ya ni siquiera quería comerse la puta yaca, pero un minuto antes estaba dispuesto a morir por ella.
En El Principito, Exupéry nos enseña que lo que hace especial a cualquier persona es el tiempo que pasamos con ella. Esto vale tanto para las cosas buenas como para las malas. Cuanto más tiempo y esfuerzo dedicamos a las cosas, más nos apegamos a ellas. Dejan de valer lo que son y empiezan a valer todo el tiempo que ya hemos invertido en ellos.
Lula es la yaca de la izquierda. Mi generación y la que me precedió apostaron todo por él. Incluso los que nunca apostaron, como yo, tuvieron todos los esfuerzos de su vida política y de su construcción catalizados por Lula. La mayoría de estas personas simplemente no tienen forma de dejarlo ir. Cuanto más les falla, más quieren que vuelva para arreglar todo lo que estropeó, todo lo que no cumplió. No pueden dejar que su biografía acabe en la cárcel porque en cierto modo es también su biografía.
Por eso esperan el giro a la izquierda de Lula en el segundo semestre de 2002, en su segundo mandato, en el segundo mandato de Dilma y ahora en el regreso de Lula.
Morirán abrazados a su yaca.
Es un precio muy alto para dejar la yaca atrás y reconocer que sus vidas políticas han sido tiradas a la basura. Que nada, ninguno, absolutamente ninguno de sus sueños se ha hecho realidad.
Por cierto, cuando mi amigo tuvo esta epifanía dio un grito gutural y tiró la yaca al suelo, metió literalmente el pie y la destrozó en mil pedazos. Un minuto después descubrió que estaba a sólo veinte metros de la playa.
Puede ser que estén con su yaca a veinte metros de la playa, lo dudo. Para mí esta yaca ya está podrida. Pero incluso si lo están, debe ser tarde. El tiempo de Lula se está agotando. Al fin y al cabo, somos mortales. Cae la noche. Siempre.
Publicada originalmente aquí
Tomado de: https://extramurosrevista.com/
Argentina. Juicio Brigadas: sobrevivientes narraron los abusos sexuales sufridos en el Pozo de Quilmes
Por Nahuel De Lima, Resumen Latinoamericano,
Se juzgan a 16 represores por los crímenes de lesa humanidad cometidos contra casi 500 personas, alojadas en tres ex centros de cautiverio. Prestaron su testimonio, María Teresa Serantes Lede, Lucía Edelman y Raúl Olivera.
El debate oral en el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Banfield, Quilmes y Lanús durante la última dictadura cívico-militar, conocido como Juicio Brigadas, continuó este martes con la declaración de la sobreviviente María Teresa Serantes Lede, la médica psiquiatra Lucía Edelman y Raúl Olivera. Serantes Lede brindó detalles de los abusos sexuales a los que era sometida en cada interrogatorio.
Declaró la sobreviviente María Teresa Serantes Lede, quien fue secuestrada el 21 de abril de 1978, en Lanús junto a su esposo Alberto Illarzen. “Entraron a golpear, no preguntan ni nada. Yo siento que hay como 12 personas y otros coches. Siento que está Alberto, pero ya no puedo ver nada. Ahí partimos y llegamos a un lugar que es el Pozo de Quilmes”, contó.
“Este viernes estuve ahí y lo reconocí, a pesar de que siempre estuve encapuchada”, insistió la mujer, quien describió la situación como “muy violenta” y “caótica”. “Se escucha gente quejándose y llorando”, apuntó sobre sus primeras sensaciones en el centro clandestino de detención.
Denunció que fue abusada y describió todas las situaciones, que incluyeron un episodio de violación. Comentó que al llegar al Pozo, uno de los represores le tomó las manos, las posó sobre sus genitales y tuvo una erección, al tiempo que señaló que en todos los interrogatorios fue desnudada, golpeada y manoseada. Y precisó que había una mujer, cuyo “rol era azuzar para que los varones hicieran más y más”. “Cuando volvía a la celda, no decía lo que había pasado”, explicó María Teresa.
“Empezó la vida del encierro. Existimos sólo ahí adentro, nuestra vida anterior no existe y la posterior, tampoco. Uno cierra, bloquea, trata de que las cosas no hagan daño y que ellos no te hagan daño”, reflexionó a continuación. Y manifestó que “por la tardecita se empezaban a escuchar gritos y llanto de desconsuelo de niños”. “Yo siempre traté de pensar que era parte de la tortura, que eran grabaciones”, apuntó.
En los pocos encuentros con detenidos, uno de sus compañeros le dijo que “memorizara” todo lo que podía porque al ser de nacionalidad española, creían que iba a ser liberada. Dentro de estos datos que le fueron pasando mencionó la detención de 32 uruguayos en este centro. También recordó que estaba allí Aída Sanz, “cuya hija nació en la sala de torturas” y “se la quitan”.
Pudo saber qué pasó con su hija, Amaranta, al cuarto día del secuestro. Cuando fue liberada, a la pequeña la dejaron en una vereda de Bernal Este, a pocos metros de la casa en la que vivía su hermano. “Nunca supe qué pasó en esos cuatro días”, admitió.

La memoria colectiva
Lucía Edelman fue la siguiente testigo. Ella es médica psiquiatra y psicoanalista y forma parte del Equipo de Asistencia Psicológica de Madres de Plaza de Mayo. Durante su exposición, signada por problemas con el audio, dio cuenta de las consecuencias de la dictadura.
“La represión venía junto a una cantidad de campañas de inducción psicológica”, explicó la profesional, al tiempo que señaló que “las situaciones traumáticas de origen social invaden violentamente la vida”. También habló de la importancia del término “desaparecido”, e hizo hincapié a las violaciones a mujeres y varones en esos centros clandestinos.
Habló de memoria colectiva, que describió como “miembros de un grupo que reconstruyen el pasado, aseguran la identidad, la naturaleza y el valor de un grupo”, y habló de un aspecto reparatorio de los testimonios, pero “también puede tener un aspecto de retraumatización” porque “hay sentimientos de resolsabilidad”, motivo por el que pidió que el Estado lo contemple.

«La sociedad civil debe ser desconfiada»
Raúl Olivera fue el siguiente testigo, por ser miembro del movimiento sindical uruguayo y de un observatorio de derechos humanos. “Lo que ha vivido la humanidad con los derechos humanos ha provocado que la sociedad civil deba ser desconfiada; es decir, estar alerta”, explicó, motivo por el cual se creó un “Observatorio que mirara como el Estado cumplía con la obligación que establecía la Corte Interamericana de DD.HH., que terminara con la impunidad”. “Pero eso no alcanzaba porque el colectivo militar financiaba equipos de abogados muy potentes para litigar y hacer que no avanzaran las causas, para entorpecerlas. El movimiento sindical, actualmente, financia todo eso”, completó.
Respecto de la coordinación represiva, Olivera planteó que “hay varias etapas”. “Previa a la instalación formal del Plan Cóndor, existió la coordinación de los ejécrcitos pero fundamentalmente se dio a através de las estructuras policiales. Empezaron a actuar en la vigilancia”, reflexionó.
Fuente: Tiempo argentino
Uruguay
NI SALARIOS NI EMPLEO
Discurso y accionar neoliberales, asumidos por la coalición multicolor que gobierna Uruguay, suponen que la reducción de los salarios reales, promueve creación de empleos.
La realidad, continuamente, contradice el postulado, pero eso no ha sido obstáculo para que a caballo de su control sobre medios de comunicación, se pretenda convertir la mentira en verdad.
Los procesos de reproducción del capital, son mucho más complejos que los dogmas neoliberales. El salario se transforma en consumo y demanda y en consecuencia su reducción, puede agravar los problemas de desempleo.
La situación del Uruguay actual, es ilustrativa. El poder de compra de los trabajadores orientales en 2022, será inferior en aproximademnete un 5% al de 2019. Sin embargo, hasta para las cifras oficiales, el empleo se encuentra en rangos similares, a los vigentes en el año mencionado.
El gráfico extraído del último informe del INE[i], es lo suficientemeente claro, como para demostrar que la situación del empleo, no es floreciente ni mucho menos, a despecho de las obras puntuales de UPM2, el sistema ferroviario y demás obras a su servicio y los denominados jornales solidarios, que encubren un mezquino asistencialismo.
EVOLUCION TASA DE EMPLEO 2006-2022

En particular, es notorio el descenso del empleo durante los últimos cinco meses. El cual también es registrado por encuestas privadas[ii] sobre demanda laboral que indican que la misma cayó 2% en agosto y acumula tres meses de caída.
Además el último mes, el número de trabajadores en seguro de paro aumentó y roza la friolera de 50.000 trabajadores, que por los misterios de las encuestas, se califican como empleados.
La masa salarial[iii] se reduce en términos absolutos y en porcentaje sobre el PBI, que luego de la reducción de 5.9% en 2020, la recuperación de 4.3% en 2021, y los datos de 2022, supera al vigente en 2019, en aproximadamente 3% [iv].
Dicho de otra manera, la torta crece, la cuota de los trabajadores se reduce y en consecuencia aumentan las ganancias de los “malla oro”.
Las perspectivas para el 2023, no son mejores. Los “ajustes” de salario proyectados congelan o agravan la situación. La rendición de cuentas posterga necesidades sociales básicas como vivienda, servicios de salud, educación.
Por si fuera poco, la conducción multicolor pretende elevar edad jubilatoria, disminuir la tasa de reemplazo y obligar a todos los trabajadores a afiliarse a una AFAP.
El gobierno apura el tranco. El pueblo sufre las consecuencias.
Fuente:https://joserocca.org/